Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Carlos Moreno de Caro, el político que prometió espantar a todas las ratas del Congreso

Carlos Moreno de Caro figuró en la política colombiana a finales del siglo XX y comienzos del XXI con un estilo populista y muy particular en el que prometía espantar a las ratas del Gobierno.

Carlos Moreno de Caro fue uno de los políticos más particulares que ha tenido Colombia. Foto: Youtube
Carlos Moreno de Caro fue uno de los políticos más particulares que ha tenido Colombia. Foto: Youtube

Carlos Moreno de Caro figuró en la política colombiana a finales del siglo XX y comienzos del XXI con un estilo populista y muy particular en el que prometía espantar a las ratas del Gobierno.

Carlos Moreno de Caro fue uno de los personajes políticos más populares de la última parte del siglo XX y de inicios del XXI, el barranquillero, con un estilo muy propio, se ‘robó el show’ en diferentes espacios y plazas porque su bandera política era una lucha contra la corrupción directa.

Moreno de Caro, un ingeniero industrial, comenzó a dar sus primeros pasos en la política del lado de la educación, pues como fundador de la Corporación de Educación Superior del Trabajo, saltó al partido Conservador y se presentó como candidato a la Alcaldía de Bogotá, siendo el tercer candidato más votado detrás del ganador Antanas Mockus y de Enrique Peñalosa.

Fue tal la aparición en los medios de Moreno de Caro, que, sumado a su estilo particular, se fue ganando un lugar como uno de los personajes más populares de la política colombiana, de manera que para 1997 se consideraba como un serio aspirante para ganar la Alcaldía de la capital de la República.

Moreno de Caro era considerado un populista y prometió que al llegar a la Alcaldía de Bogotá construiría el metro, uno de los históricos y frustrados anhelos de la capital de la República, pero la aspiración independiente de Enrique Peñalosa fue apoyada por varios sectores políticos para atajar una posible victoria del barranquillero.

Pérdida de personería jurídica de su universidad

La Universidad del Trabajo, como se conocía a la Corporación Universitaria del Trabajo, perdió su personería jurídica debido a supuestas irregularidades cometidas durante la actividad política de Carlos Moreno de Caro, pero a pesar de ello, el político continuó consolidando una gran acogida popular y gracias a ella llegó al Senado de la República en 1998.

Acabar con las ratas

Carlos Moreno de Caro llegó al Senado con el Movimiento Defensa Ciudadana y le dio rienda suelta a su particular forma de obrar, pues cada intervención suya no podía ser pasada por alto, el político tenía una voz impostada, vestía de amarillo y en su publicidad contaba con un vehículo con una rata gigante que se desplazaba por la ciudad con la promesa de ‘cazar a las ratas.

La publicidad de Moreno de Caro apelaba al populismo y sus slogans tenían referencia a su apellido, Moreno, y a la discriminación, por eso su campaña contaba con la frase “dejen jugar al moreno” con la imagen de un joven de raza negra que era apartado de un juego por su raza.

De Caro se vio involucrado en un escándalo porque prometía tapar las alcantarillas de la capital cuyas tapas eran robadas y un camión particular fue detenido contando con varias de estas en su interior, las tapas resultaron ser de propiedad del político, que afirmó habérselas comprado a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, algo que no ha sido usual debido a que esta empresa es la única autorizada para reponer las tapas robadas o deterioradas de las alcantarillas y no los particulares.

Los discursos de Moreno de Caro en el Congreso durante dos periodos divertían a los mismos congresistas, allá llevó alacranes, culebras, mariposas, veneno para ratas, gallinazos y vísceras; en la presidencia de Álvaro Uribe se decidió por alabarlo, leía la Biblia y declamaba en los consejos comunales del mandatario y hasta le regaló una gallina a su ministro de Protección Social.

Moreno de Caro fue embajador de Colombia en Sudáfrica, ese fue su última labor como funcionario público, y con dos de sus gatos, “morenín” y “uribín” rendía cuentas a Álvaro Uribe en llamadas de 8 minutos de duración.

Carlos Moreno de Caro revivió su universidad, pero ya no volvió a aparecer en público, la última vez que un medio de comunicación lo registró fue por haber sido infraccionado al violar la prohibición del día sin carro, por lo cual pidió disculpas.

Carlos Moreno de Caro cuenta con 76 años y está retirado de la política, pero pasará a la historia como uno de los políticos más pintorescos de nuestra historia.