Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

El cartel del papel higiénico y la historia de cómo se acomodaron precios durante 14 años

El cartel del papel higiénico puso en evidencia cómo las grandes empresas del país han realizado acuerdos para dominar el precio de los productos en el país generándoles increíbles ganancias.

El cartel del papel higiénico permitió ganancias inmensas a empresas productoras de papel. Foto: Youtube
El cartel del papel higiénico permitió ganancias inmensas a empresas productoras de papel. Foto: Youtube

El cartel del papel higiénico puso en evidencia cómo las grandes empresas del país han realizado acuerdos para dominar el precio de los productos en el país generándoles increíbles ganancias.

Colombia es tierra de carteles y los graves casos de corrupción se han convertido en un asunto mediático, que cuando dejar de ser noticia le da espacio otro suceso, también de corrupción, sin que el paso de los años parezca detener una conducta tan arraigado, que como nos hace pensar en las palabras de Miguel Nule, uno de los implicados en el ‘cartel de la contratación’ que desangró a Bogotá, cuando afirmó que ‘la corrupción es inherente al ser humano’.

Otro grave caso de amañamiento que conmocionó al país tuvo que ver como varias empresas productoras de papeles que se unieron para durante 14 años manipular los precios de uno de los productos más importantes de la canasta familiar: el papel higiénico.

Tal como sucedió con los cuadernos, el papel higiénico mantuvo los precios controlados a su antojo por un grupo de empresas, entre nacionales y extranjeras, quienes al ver que en el país la demanda de este es alta, dejaron sin competir dentro del libre mercado a diferentes empresas, mientras la unión irregular de productoras de papel obtenía multimillonarias ganancias alrededor del Cartel del papel higiénico.

En Colombia, el negocio de los papeles hace rato que superó el billón de pesos, y el 74% de este corresponde a papel higiénico, el 11% para las servilletas, el 10% para pañuelos de cara y manos y el 5% para el papel de cocina.

Las investigaciones de la Superintendencia de Industria y Comercio frente a diversas irregularidades que estaban sucediendo con la comercialización de pañales en Colombia en el año 2014 dieron pie para que saliera a flote otro caso de corrupción con productos de consumo masivo, y fueron tres de las empresas involucradas con ‘el cartel del papel higiénico’ las que decidieron contar toda la verdad sobre al asunto a las autoridades de vigilancia.

La historia comenzó cuando Familia y Kimberly sostuvieron reuniones para fijar los precios de la línea Tisu (Papel higiénico, toallas para cocina, pañuelos para manos y cara y servilletas), estos encuentros se convirtieron en frecuentes y cada compañía llevaba una propuesta sobre las alzas y las fechas de las mismas, para mediante consenso acordar los incrementos que beneficiara a las empresas participantes del entramado.

La empresa Papeles Nacionales se encontraba realizando promociones que desestabilizaban la estrategia de Kimberly y Familia, entonces la invitaron para que se sumara al cartel del papel higiénico, con lo que pasaron de controlar el 60% del mercado a dominar un 77% del mismo.

La llegada de una empresa internacional desacomodó al cartel, y aunque quisieron vincularla, sus esfuerzos fueron en vano, se reveló el caso de corrupción y se iniciaron investigaciones a ejecutivos de las empresas participantes.

Las empresas sancionadas por la Superintendencia de Industria y Comercio fueron Kimberly, Familia, Papeles Nacionales y Cartones y Papeles de Risaralda. Las multas superaron los 185.000 millones de pesos, sin embargo, se le concedió a Kimberly exoneración de multa por ser el primer delator, a Cartones y Papeles de Risaralda un 30% de rebaja, mientras que Familia incumplió los acuerdos de delación y no se le otorgaron beneficios.

Luego de sanciones, las empresas involucradas operan de manera normal en Colombia, no obstante, la vigilancia para evitar que la libre competencia no se vea afectada se realiza de manera estricta por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio.