Benjamín Quintero, el primer colombiano voluntario del ejército de los EEUU en la Segunda Guerra Mundial

No son conocidos los casos de colombianos que hayan participado en el ejército de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, mientras que son parte del orgullo patrio las grandes gestas del Batallón Colombia en la Guerra de Corea, siendo el único país latinoamericano en participar con tropas en esta contienda.

Durante los años 40, los colombianos en los Estados Unidos no eran una población representativa, caso contrario de mexicanos y puertorriqueños, sin embargo, varios compatriotas viajaban a la gran patria del norte en busca de su sueño americano, aunque para un colombiano, estos se dieron en medio de una gran confrontación bélica.

Benjamín Quintero, un santandereano de Rionegro, había estudiado periodismo en la Universidad Javeriana de la ciudad de Bogotá y quería especializarse en los Estados Unidos, y estando allá, la Segunda Guerra Mundial obligó a que hombres de todas las condiciones hicieran parte del ejército que peleaba contra los alemanes en el mundo.

Este joven colombiano decidió ofrecerse como voluntario y entregar sus servicios militares a los Estados Unidos en una confrontación bélica, para él justa, además quería retribuir algo al país que lo había acogido y que le había dado la oportunidad de extender sus estudios profesionales.

Quintero no era militar, pero el ejército estadounidense lo envió a las islas Aleutianas y a la fría Alaska como sargento técnico en comunicaciones, su misión consistía en transmitir y mantener la comunicación de las tropas, y también la de monitorear las del contrario, mantenerse al tanto de todos los movimientos del enemigo por la zona.

Benjamín Quintero no estuvo en Europa lidiando con nazis ni escapando de los bombardeos del ejército alemán o italiano, tampoco del japonés, pero su labor fue trascendental gracias a que conocía de comunicaciones y aparatos.

Finalizada la guerra retornó a Colombia, primero puso en orden la finca familiar en Rionegro y durante un tiempo estuvo en Venezuela.

Benjamín Quintero hizo parte de los desfiles de veteranos y además fue un prestante ciudadano de la ciudad de Bucaramanga, una figura reconocida por su educación, caballerosidad y sus anécdotas sobre la Segunda Guerra Mundial.

Este voluntario falleció de 96 años, siempre gozó de buena salud física y mental, lucidez propia de un periodista y el ejército de los Estados Unidos envió una delegación a su sepelio como forma de agradecer que sus servicios también fueron importantes para alcanzar la victoria ante un enemigo cruel que quiso poner el mundo entre las llamas.