Por: Redacción Colombianos • Colombia.com

Omar Porras, un colombiano con gran nombre en la dramaturgia mundial

Un bogotano del barrio Jorge Eliécer Gaitán y criado en el barrio Fátima, se fue a Europa detrás del sueño de hacer teatro, pero no hizo cualquier teatro, hizo uno que goza de enorme prestigio y que hace que se le considere uno de los grandes del drama mundial.

Omar Porras sigue consolidando un teatro único y de prestigio en el mundo. Foto: Facebook Teatro Malandro
Omar Porras sigue consolidando un teatro único y de prestigio en el mundo. Foto: Facebook Teatro Malandro

Un bogotano del barrio Jorge Eliécer Gaitán y criado en el barrio Fátima, se fue a Europa detrás del sueño de hacer teatro, pero no hizo cualquier teatro, hizo uno que goza de enorme prestigio y que hace que se le considere uno de los grandes del drama mundial.

Cuando tenía 20 años, un bogotano de nombre Omar Porras decidió ir a Francia para hacer del arte su vida, allí estudió danza y teatro, y cuando tenía 27 años fundó el Teatro Malandro de Ginebra en Suiza.
Omar Porras ha entregado su vida al teatro y a la dramaturgia, él es actor, director y creador, y en su teatro Malandro se ha entregado a la formación, investigación y creación desarrollando un enfoque creativo muy personal que tiene como base al movimiento.

Este hombre nacido en 1963 y orgulloso hijo de campesinos ha logrado consolidar un estilo propio, fruto de muchos años de trabajo y también de una brillantez que ha sido elogiada en todo el mundo, su técnica ha tenido diferentes influencias, pero se ha inspirado especialmente en las tradiciones orientales de países como Japón e India.

Es tal el camino recorrido y el buen nombre hecho con talento, inteligencia y sacrificio de Omar Porras, que es considerado uno de los más importantes creadores dramáticos vivos por su interpretación particular de los clásicos y por rescatar y poner al servicio de sus obras la esencia del teatro, es decir, el gesto y la representación.

Porras montaba su escenario en los vagones del metro de Paris, por allá en los años ochenta y veinte años más tarde la Comedié Francaise lo galardonó con un atronador aplauso de un público extasiado con su trabajo, es tal su fama en Europa, que es considerado como digno heredero de Maurice Béjart, coreógrafo y bailarín francés nacionalizado suizo, toda una celebridad mundial y símbolo de obras efectistas e impresionistas.

Uno de los grandes atributos del trabajo de Omar Porras es que su escenario se convierte en un mundo, en una atmósfera única en donde lo único irreal es el marco del escenario, este director pasa de lo personal a lo clásico con obras de Marlowe, García Lorca o Cervantes y jamás deja de sorprender.

Este hombre de teatro tiene a Colombia adentro, muy adentro y por eso montó una obra sobre Bolívar y logró su deseo de presentarla en su país, un lugar del que se fue joven porque allí no podía hacer lo que quería, pero que décadas después volvió para convertirla en su segunda casa.

Omar Porras es un verdadero orgullo colombiano y aunque sea una frase de cajón, o en su caso, de telón, es la muestra de que soñar cuesta esfuerzo, sudor y lágrimas, pero finalmente la satisfacción del buen trabajo llega.