El patinaje le da 44 medallas a Colombia y pide a gritos el reconocimiento que el país le debe
Colombia celebró 44 medallas y un título histórico en el Mundial de Patinaje, pero el triunfo abre de nuevo el debate.

Colombia celebró 44 medallas y un título histórico en el Mundial de Patinaje, pero el triunfo abre de nuevo el debate.
Colombia volvió a escribir una página dorada en el patinaje de velocidad. En el Mundial disputado en China, la delegación nacional conquistó 44 medallas 20 de oro, 16 de plata y ocho de bronce y alcanzó su título número 22, el decimoquinto de manera consecutiva. Un logro que ratifica la hegemonía del país en esta disciplina y que, sin embargo, vuelve a poner sobre la mesa un viejo debate: ¿está Colombia valorando lo suficiente al deporte que más alegrías le ha dado a nivel internacional?
La jornada final tuvo un cierre emocionante con la maratón de 42 kilómetros. En la rama masculina, Kevin Lenis se quedó con la medalla de plata con un registro de 58:29.913, mientras que Juan Jacobo Mantilla se colgó el bronce con 58:29.977. El oro fue para el indio Anandkumar Velkumar (58:29.747). Entre las damas, Camila Giraldo fue la colombiana más destacada al terminar quinta con un tiempo de 1:08:53.837, en una prueba dominada por Taiwán.
Más allá de los resultados, el campeonato dejó una reflexión inevitable: mientras Italia terminó segunda con 18 medallas y Chile tercera con siete, Colombia mantuvo una ventaja abrumadora. Sin embargo, este reinado mundial contrasta con la falta de inversión y visibilidad que reciben los patinadores en casa, donde otros deportes acaparan la atención mediática y los recursos.
La delegación nacional estuvo conformada por 32 deportistas 16 hombres y 16 mujeres que se entregaron en cuerpo y alma en cada competencia. Sus triunfos no son solo mérito individual, sino fruto de procesos de formación que, a pesar de las limitaciones, siguen produciendo talentos de talla mundial.
El título 22 y la racha de 15 campeonatos seguidos son cifras que pocos países en cualquier disciplina pueden exhibir. Sin embargo, en Colombia, el patinaje aún no cuenta con la infraestructura, los apoyos económicos ni la promoción cultural que permitan dimensionar su importancia. Muchos atletas han señalado que gran parte de su esfuerzo se sostiene gracias a sacrificios personales y familiares.
Este nuevo triunfo en China es motivo de orgullo nacional, pero también debería ser una oportunidad para replantear el trato que recibe el patinaje. Porque si hay un deporte que ha llevado en alto el nombre de Colombia en el mundo, ese ha sido el de las ruedas y la velocidad. Lo que queda pendiente es que el país entero lo reconozca como merece a sus campeones, quienes, aunque siguen reinando en las pistas del mundo, en casa aún son vistos como héroes invisibles.