Si no estudio, mejor cocino

Hasta hace poco el vaticinio para aquellos que no querían realizar estudios superiores era el de que se quedarían como cocineros. Actualmente ser cocinero es un anhelo de muchos jóvenes y la profesión ha alcanzado un estatus inusitado.

Una de las carreras técnicas y profesionales con mayor demanda en los últimos años es la cocina y sus variantes como la culinaria, gastronomía, pastelería, bar y relacionadas, cuentan con un gran número de alumnos que presurosos ingresan a las aulas de las instituciones que las ofrecen esperando encontrar un gran campo laboral y de acción.

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Hay que aclarar que la cocina se estudia y mucho, no es solo cuestión de aprender a preparar platos y adquirir buena sazón. Esta carrera involucra muchas ciencias porque básicamente tiene una gran connotación antropológica y cultural. Es que un plato no es solo un alimento, es un importante elemento que reúne las costumbres de un lugar; a partir de él se pueden conocer las características de la población.

La tradición familiar, pero especialmente los medios modernos como la televisión y el internet, hacen que el deseo de estudiar gastronomía sea mayor y que deje de ser un hobby y se consolide como una carrera profesional tan respetada como las tradicionales.

Pero la gastronomía no es solo cuestión de aprender a cocinar, se trata también de aprender sobre temas de gestión empresarial, historia y turismo entre otros aspectos del conocimiento porque no se trata un simple curso sino de una formación superior certificada.

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Sin embargo, no todos los pénsum de las instituciones educativas formadoras en gastronomía son los ideales, parece que muchas solo se especializan en enseñar a cocinar y no más. El auge de la carrera y la cantidad de estudiantes ha hecho que en muchos casos enseñar Gastronomía sea solo un negocio y existan carencias de tipo sociológico e incluso de elementalidades como saber por qué se transforman los alimentos con el calor o reacciones físicas y químicas de estos.

Las instituciones pretenden generar que el estudiante gestione su empresa, pero aún existe la idea de estudiar y “montar” un restaurante y eso es algo alejado de la dinámica real del negocio, porque según dicen los expertos, no hay cama, o mejor olla, pa’ tanta gente.

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Por eso a la hora de estudiar gastronomía es mejor investigar muy bien qué ofrece cada institución y decidirse por aquella que no solo enseñe a cocinar, sino que contenga aspectos empresariales, culturales y de formación integral.

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