Cómo ayuda el mindfulness a los sanitarios en la pandemia

Ya sea por vivir en primera persona la infección, por haber perdido a seres queridos o por las consecuencias que ha tenido la pandemia a nivel social y económico, nadie ha quedado indiferente a la llegada del coronavirus.

Entre todos los grupos poblacionales afectados, el de los sanitarios ha sido uno de los más golpeado. Las interminables jornadas de trabajo, la falta de descanso, el contacto directo y permanente con el virus y la imposibilidad de protegerse adecuadamente para desempeñar sus tareas, generan un alto nivel de angustia, estrés y ansiedad.

Por esta causa, muchos trabajadores de la salud han comenzado a interesarse por saber qué es el mindfulness y cómo se practica, ya que sus beneficios pueden ser una alternativa al alcance de la mano disponible en cualquier horario y lugar e incorporarse como un hábito para estar mejor preparados ante situaciones adversas como las que nos toca vivir día a día desde que el coronavirus gobierna nuestras vidas.

Los sanitarios y la necesidad de reconocer los signos de estrés

En noviembre del 2020, se publicó en la revista médica Ocronos un estudio sobre “El estrés de los sanitarios en tiempos del COVID”, realizado por Marina Isabel Pérez Meana, Gloria Fariña Arango y Miryam Brandón Martínez, auxiliares administrativos del Hospital de Cabueñes.

Las autoras afirman que “para protegerse, los sanitarios deben reconocer signos de estrés, pedir ayuda y aprender a pararse para optimizar sus tareas, lo cual es un modo de regulación interna que favorece la estabilidad frente a una situación de estrés mantenido en el tiempo”.

Asimismo, diferencian la competencia profesional de la posibilidad de sentir confusión, inquietud, sensación de descontrol, miedo, culpa, impotencia, tristeza, irritabilidad, etc. “Son precisamente las emociones las que nos hacen humanos. Compartir las emociones con alguien que nos transmita seguridad y confianza ayuda a hacerlas más tolerables y poder regularlas. Protegerse a uno mismo es, en el caso de los sanitarios, el comienzo para poder proteger a los demás”, explican estas trabajadoras de la salud.

Protección ante el estrés y la ansiedad

Hemos consultado a los responsables del Instituto Europeo de Psicología Positiva, un referente en diversas terapias y formación, para conocer de qué manera puede ayudar mindfulness a los profesionales de la salud.

“Algunas investigaciones neurocientíficas sugieren que la práctica de mindfulness apoya las conexiones entre la amígdala y la corteza prefrontal, responsable de regular la expresión de nuestros pensamientos, emociones y acciones. Una conexión fuerte entre la corteza prefrontal y la amígdala nos protege de los efectos dañinos del estrés y de la ansiedad”, explica Sonia Castro, Licenciada en Psicología por la UAM con especialidad clínica y de la salud, que actualmente es orientadora/responsable de atención al alumno en el IEPP.

De hecho, aunque su nombre parezca una tendencia actual, se ha utilizado para combatir esos efectos desde hace muchísimos años, ya que es una técnica muy antigua derivada de las tradiciones budistas y empleada hace más de 2500 años. Aunque ahora occidentalizada, tuvo su origen en la espiritualidad y con el acto general de meditar de estos monjes.

Los sanitarios deben responder en forma simultanea a muchas obligaciones de las que depende tanto su puesto de trabajo como la vida de los pacientes, lo cual los expone a una presión continua. “Tomar unos minutos para reconectar en la era de la multitarea se ha convertido en una experiencia cada vez más gustosa y demandada. Y es que todo ser vivo busca seguridad y refugio. Un lugar donde descansar”, agrega Sonia Castro.

Paso a paso de la práctica del mindfulness

En la página del IEPP se explica detalladamente y paso a paso cómo practicar mindfulness. Como todo, requiere práctica para volverse un hábito efectivo. Además, no todas las personas lo logran sin apoyo profesional, pero siempre es importante intentarlo y buscar ayuda en caso de no conseguirlo.

Sonia Castro enumera los siguientes pasos para practicar mindfulness:

• Encontrar un momento tranquilo del día.
• Escoger un ambiente o sitio relajado, libre de ruidos y/o distractores externos.
• Ponerse ropa cómoda y adoptar una postura agradable.
• Centrarse en la respiración, visualizando cómo el aire entre por las fosas nasales, oxigena el cuerpo y vuelve a salir por la nariz.
• Dar libertas a los pensamientos y emociones que vayan surgiendo con una actitud neutral.

Un espacio para mindfulness en la vida cotidiana y laboral

Una vez conseguidos estos pasos y en cuanto la práctica se va volviendo más asequible, cabe preguntarse cuánto tiempo al día hay que dedicarle, sobre todo cuando las jornadas de trabajo son tan intensas como las del personal de salud.

“Es recomendable empezar practicando varios minutos al día e ir ampliando en función vayas adquiriendo la rutina hasta llegar al ritmo ideal de 30 minutos diarios. Hay que ser perseverante, no abandonar si no notamos cambios al principio e intentar no avanzar demasiado rápido”, aconseja Castro.
Pero más allá del tiempo exclusivo que se dedique a la práctica, el objetivo es introducir la atención y la consciencia a la vida cotidiana. “Así, a través de esta práctica puedes dirigir el rumbo de tu propia vida, y no dejar que tus pensamientos ni tus sentimientos lo hagan por ti. Tienes ante ti, por tanto, una herramienta muy poderosa para transformar tu vida en una experiencia con sentido”, agrega la especialista.

Sin dudas, mindfulness se plantea como un aliado a las duras condiciones de trabajo que enfrentan los sanitarios en su día a día.