[OPINIÓN] Sí, voy a votar en blanco en Bogotá

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Tres días. Solo tres días faltan para conocer quién será el nuevo alcalde de Bogotá. El segundo puesto más importante de Colombia es, por supuesto, el que más atención recibe de los medios en estas elecciones regionales por lo que no es sorpresa que los nombres de los cuatro candidatos sean los que más se escuchen. Sin embargo, hay un quinto protagonista que, en especial, a mí me gusta más aunque no hablen mucho de él: el voto en blanco.

Para ser sinceros, desde que inició la campaña ninguno de los candidatos me convenció realmente. Miguel Uribe quiere seguir con un sistema de transporte como TransMilenio que a leguas hace mucho dejó de ser viable en una ciudad como Bogotá. Además, eso de que esté avalado por partidos como el Centro Democrático, Conservador y Liberal (que hace mucho dejó de serlo), no me cuadra mucho. ¿Cuántos favores políticos tendrá que pagar si gana la Alcaldía?

Además, como cristiano me choca que, en colaboración con las iglesias, utilicen la fe de las personas para sugestionarlas. No comparto que los espacios cristianos se mezclen con la política. No digo que como seguidores de Cristo no podamos participar de los escenarios políticos. Tenemos el deber de hacerlo, pero me parece de lo más bajo que las grandes iglesias (que no sé si son iglesias o centros de convenciones) utilicen el nombre de Dios para "bendecir" a un candidato y de paso ganar 'voticos' para este.

En el caso de Carlos Galán no puedo negar que en cierto momento de la campaña tuvo mi voto. Casi me convence con su campaña “independiente”. Pero soy uno de los más de dos millones de bogotanos que usa diariamente TransMilenio y cuando vi que en su plan de gobierno aparece más y más de este pésimo de servicio , decidí dar un paso al costado.

Es que, por Dios, ¿cuál es la obsesión con ese ‘verraco’ sistema? ¿Acaso no se dan cuenta que los bogotanos no lo queremos más? ¿No importa lo que creamos los votantes? ¿Qué 'negocito' tendrá con Peñalosa para no desistir de este?

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Ahora, Claudia López. Ay, Claudia. Ella solita se hundió. Las pruebas son tajantes: aunque nos quiera hacer creer que no hace parte de la misma clase política que ha hundido a Bogotá, hay videos, ‘tuits’, fotos que demuestran lo contrario; y que en últimas recalca lo doble que como política es. Lamento profundamente que en su lugar no estuviese Antonio Navarro. El Partido Verde y los pocos que votaron la consulta eligieron el populismo por sobre la experiencia.

Y queda Hollman Morris. ¿Qué se puede decir de Morris? Está empeñado, como los uribistas con ‘Alvarito’, en que Petro es un dios. Solo él tiene la razón, solo él es la salvación. Los ‘decentes’ optaron por un candidato que no tiene las ideas para gobernar por sí mismo, sino que necesita de alguien más, un ‘ente superior’ que le ordena lo que debe o no hacer. Simplemente no me gustaría que la historia de Duque con Uribe se repita, en este caso, con una izquierda tóxica que busca polarizar más a Bogotá.

Por eso, este 27 de octubre votaré en blanco. Prefiero hacer un ‘Fajardo’ que dar mi voto a alguno de estos candidatos que simplemente no me representa. Sé que esta opción no ganará, pero por algo está en el tarjetón, ¿no?

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