James Aguirre fue el culpable de que Santa Fe hubiese empatado en Bucaramanga, con gran atajada

Santa Fe hizo su negocio en el juego por la fecha 15 que se llevó a cabo en el estadio Alfonso López de Bucaramanga, en el que el cardenal visitó al Atlético Bucaramanga. En principio, era un encuentro en el que la necesidad estaba del lado local, dado que un triunfo le permitiría seguir luchando por la clasificación, pero que un empate o una derrota terminaría alejándolo del objetivo.

 Con el rodar del balón, el equipo local parecía estar un poco más conectado que el visitante, generando algunas opciones medianamente claras que habrían podido significar algo de peligro para la portería de Anthony Silva. Pero esto no se daba, por lo que el tiempo pasaba y ninguno de los dos equipos lograba imponerse en la capital santandereana.

Sin embargo, finalmente el Leopardo encontró su premio, sobre el minuto 40, muy cerca del final de la primera parte. Esto fue luego de una salida rápida que el cuadro cardenal no supo aguantar y que terminó convirtiéndose en la primera anotación del encuentro, siendo el protagonista John Córdoba, tras la muy buena asistencia de Misael Martínez.

Con el encuentro del lado del local, terminó la primera parte, con un Independiente Santa Fe muy lejos del nivel competitivo necesario para trascender y que no lograba hilvanar jugadas para acercarse con peligro a la portería de James Aguirre. Hasta este momento, de nuevo se dibujaba frustración en el rostro de los hinchas del león.

Pero, con el inicio de la segunda parte, el rojo capitalino empezó a manejar un poco más el balón, generando más peligro y alargando las secuencias de pase. Bucaramanga, en cambio, se cayó para la segunda parte, dejando de ser ese equipo punzante e incisivo que había logrado marcar al cierre de la primera mitad.

Producto de este cambio, y luego de una gran jugada por la banda derecha, que protagonizó Cristian Marrugo, llegó el empate del visitante, gracias a Iván Scarpeta, que recibió un gran pase a atrás de Ever Valencia y solo debió tocar el balón para poner el empate en el marcador.

Tras el empate, fue el cardenal el que siguió insistiendo, dando la impresión de que, en cualquier momento, caería el segundo para los de Bodhert. Sin embargo este nunca llegó, aunque la cara de Santa Fe cambió diametralmente de un tiempo a otro, mostrando una faceta bastante más alegre, con un fútbol más cercano al que piden los hinchas.