Por: EFE • Colombia.com

Cincuenta años de "Let It Be", símbolo del ocaso de Los Beatles

Este sencillo dio el título al último álbum de la banda.

La canción se estrenó el 6 de marzo de 1970. Foto: Instagram
La canción se estrenó el 6 de marzo de 1970. Foto: Instagram

Este sencillo dio el título al último álbum de la banda.

Hace cincuenta años, el 6 de marzo de 1970, salía al mercado "Let It Be", sencillo que daría título al último álbum de la banda más importante de la historia de la música en el siglo XX, Los Beatles, y que a pesar de su éxito supuso el principio del fin del grupo británico.

Es considerada una de las mejores canciones de todos los tiempos, tras su proceso de gestación se hallan los últimos coletazos de un grupo que, a comienzos de los años setenta, pondría fin a una trayectoria que en apenas diez años revolucionó y reinventó ya no solo el mundo de la música, sino la cultura popular en su totalidad.

 

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En el documental de título homónimo dirigido por Michael Lindsay-Hogg, que únicamente pretendía dar cuenta del proceso de grabación del álbum, quedarían registradas, sin embargo, las discordias entre los integrantes del grupo que terminaron por poner fin a su historia.

El máster del sencillo se grabó el 31 de enero de 1969, con la idea de que formase parte de un álbum que llevaría por nombre "Get Back", pero que terminó por ser bautizado con el título del single. McCartney puso la voz y el piano, Starr la batería, Lennon el bajo y Harrison la guitarra eléctrica; Billy Preston tocaba el órgano Hammond y Linda McCartney reforzó los coros de Harrison y Lennon.

 

Se cuenta que el descontento de Paul McCartney, autor de la canción, con los arreglos que del productor Phil Spector de cara al producto final, fue la gota que colmó el vaso. Los Beatles tocaban para entonces a su fin.

Por todo ello la importancia de "Let It Be" trasciende la propia canción al articularse como símbolo de un ocaso; último destello de unos McCartney, Lennon, Harrison y Starr que contaban ya con motivaciones bien distintas y necesitaban tomar rumbos diferentes.

Y es que había sido McCartney quien, convencido aún de la posibilidad de insuflar vida a los Beatles, había insistido en librar aquella última batalla en un tiempo en que cada miembro de la banda se encontraba en un punto vital y profesional muy distinto.