Por: Jessica Mutis • Colombia.com

La nube Oort es la asombrosa cobija del Sistema Solar

Innumerables misterios y asombrosos descubrimientos definen la inmensidad del sistema solar, como es el caso del “caparazón” cósmico que envuelve el Sistema Solar.

Su descubrimiento fue en 1932. Foto: Shutterstock
Su descubrimiento fue en 1932. Foto: Shutterstock

Innumerables misterios y asombrosos descubrimientos definen la inmensidad del sistema solar, como es el caso del “caparazón” cósmico que envuelve el Sistema Solar.

En uno de los lugares más recónditos y alejados del espacio está Oort, que no es más que una especie de cubierta en forma de caparazón esférico que lo cubre por completo. Su creación se debe a los restos de millones de cuerpos espaciales helados, y sobre sus registros se sabe que nunca ha sido documentada por los medios tradicionales. Es por ello que su actividad se conoce a partir de los demás entes espaciales. 

De acuerdo a National Geographic, su estudio se dio en 1950 por parte del astrónomo e investigador Jan Hendrik Oort a quien se le debe su nombre quien estudia esta zona del espacio. Sin embargo, su existencia fue propuesta por  Ernst Öpik, en 1932, al estudiar los cometas de periodo largo.

Se cree que esta formación es el resultado de los pedazos de materia denominados planetesimales, que desprendieron los planetas en su creación hace cuatro mil millones de años y que fueron esparcidos por todo el Sistema Solar, algunos siendo expulsados de allí y otros permanecieron hasta crear tal caparazón. 

Al referirse, a los cometas de periodo largo se sabe que su órbita es tan larga que pueden tardar hasta 30 millones de años en completar un viaje alrededor del sol. Al estar conformada por probablemente trillones de objetos espaciales, la nube de Oort es hogar de fenómenos como los cometas de periodo largo.

Es su ubicación apartada la que supone que es el hogar de este tipo de cometas de periodo largo. Representando entonces una de las tres reservas de cometas conocidas al día de hoy, las otras dos son el cinturón de kuiper y el cinturón de asteroides.

De acuerdo a MasScience lo que llevaría los cometas a dirigirse al su perihelio es el hecho de que la Tierra y el Sol no están solos en la nube que los engendró. La nebulosa de la que nace fue madre, también, de centenares de estrellas jóvenes azules y remanentes polvorientos y gaseosos. Un análogo de la nube de Tauro que, a modo de marea, envía con potencia los cometas de la Nube de Öpik-Oort de forma cíclica. Este hecho coincide con los grandes eventos históricos del Sistema Solar y el origen de la Tierra.