Por: Mary Mora Escamilla • Colombia.com

Así es el turismo social por los niños de La Guajira

Una organización sin ánimo de lucro se dedica a pasear a los turistas por los resguardos Wayuu, con el fin de alimentar a los niños de esta región.

Colombia.com - Turismo
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Una organización sin ánimo de lucro se dedica a pasear a los turistas por los resguardos Wayuu, con el fin de alimentar a los niños de esta región.

La alta Guajira es un territorio habitado en un 90% por indígenas Wayuu.

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En esta zona, se inicio un proyecto para ayudar con alimentos a los niños de esta región. Todo se dio después de una caminata de 17 kilómetros de carretera destapada (desde la entrada del Cabo hasta el Cabo de la Vela), donde Karen Duarte y un grupo de jóvenes se encontraron peajes de niños de 3, 4 y 5 años, que, con una cuerdita, trataban de que los carros disminuyeran la velocidad para ofrecer un intercambio por algo de dinero o comida. Algunos de ellos no paraban.

¿Cómo surgió realmente esta idea?

Al día siguiente empezó una campaña: en su casa vivía una chica bogotana a la que le pidió que le hiciera un afiche para animar a la gente (que en esa primera ocasión fueron su familia y sus conocidos) a que le aportaran algo para los niños a los que acababa de conocer.

Un 6 de agosto, justo un mes después de haber estado allí, Karen regresó con 130 desayunos en la camioneta de un amigo suyo. Llevaron panes, chocolates, frutas y mucha agua, pero eran tantos niños que la comida no alcanzó. Esa fue la primera ayuda humanitaria de 'Niños del Desierto'.

“Regresé una vez cada 15 días. Hasta que, en algún momento, la Policía me quiso quitar lo que llevaba porque, según ellos, estaba incentivando la mendicidad. Tuve muchos problemas con ellos, pero en ese momento yo no era una fundación, ni una organización, lo mío era un reto personal, y eso evitó que nos quitaran los desayunos, porque las agencias sí tienen prohibido hacer ese tipo de labores”, señaló Karen.

Después de estos inconvenientes, un policía amigo le sugirió que legalizara su fundación. Karen, entonces, empezó a empaparse del tema. Una amiga abogada, le dijo: “Tú puedes empezar con un proyecto de turismo social, pero tienes que darle forma, tienes que ponerle un nombre, crear una página en redes sociales, etc.”.

Karen Duarte unió todas las ideas y fue armando el proyecto. Los primeros viajeros que se unieron a su causa fueron aquellos que llegaron a su casa por medio de la aplicación Cohousing. “Hasta que un chico me dijo: ‘Tienes que buscar la manera de que esto se sostenga solo, económicamente’. Empecé a pensar en eso y, en una de mis idas al Cabo, conocí a Favián, un nativo wayuu al que le conté que quería darles unos regalos  a los niños y seguir con los desayunos, pero que no tenía los fondos completos. Favián me dijo: ‘Bueno, qué tal si hacemos un intercambio: todas las personas que pasen por tu casa, tú me las mandas a mí y yo les sirvo como guía nativo, y cuando tú vayas a entregar los desayunos yo te aporto el agua, o los panes, o las frutas’. Y eso hicimos, yo le conseguía clientes y él me aportaba lo que me hiciera falta".

De esta manera, la organización Sin Ánimo de Lucro esta trabajando desde hace un año, haciendo un turismo diferente en La Guajira.

¿Cómo funciona esta iniciativa?

“No es un viaje de lujo porque no somos una agencia, somos un grupo de personas cuyo único fin es ayudar a unos niños”.

Los recorridos inician en Riohacha, donde los viajeros son recogidos en el hotel en el que se estén alojando por conductores nativos. De allí son llevados hasta Uribia, donde hacen una primera parada turística. Luego van hasta el Cabo de la Vela y son recibidos por Favián, que los hospeda en su casa, les ofrece un chinchorro y la experiencia de vivir por dos días como indígenas Wayuu.

Foto: Shutterstock
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Además, los guía a Playa Arcoíris, al Pilón de Azúcar y al Ojo de Agua, y les habla de la cultura a la que pertenece, de sus ancestros, de su legado.

Al día siguiente, llegan hasta Punta Gallinas, donde visitan El Faro, el Mirador de Kasares, las Dunas de Taroa, y las playas de Punta Agujas, para ver el atardecer.