Paisaje en Pasto - Shutterstock
La historia de San Juan de Pasto se ha tejido desde hace miles de años cuando los indígenas Pastos que le dan nombre a la ciudad dominaron el arte de cultivar y trabajar el algodón, convirtiéndolo en piezas afamadas y de estimada demanda.
Ubicada justo bajo el dominio del Volcán Galeras en el valle de Atriz, emite rugidos cada par de años para comunicar que la ciudad no puede paralizarse y debe seguir dinámica ante el porvenir, este centro que hizo parte del imperio Inca y que se mantuvo siempre feroz ante cualquier tipo de dominación, se fortalece con el ánimo de sus gentes; un ánimo que no decae y calienta el clima de unos de los lugares con más baja temperatura del país.
Pasto es una ciudad en donde las nubes cubren sus cielos de manera permanente tornándola de un gris que no logra opacar el color ni el sabor de un pueblo amable pero recio, un grupo que no sabe retroceder y que solo pone rodilla en tierra para agradecer al creador las bondades de ubicarlo en una bella y fecunda zona.
Laguna de la cocha en Pasto en Pasto - Shutterstock
Ese carácter festivo del pueblo pastuso tiene un importante lugar durante el Carnaval de Negros y Blancos celebrado durante la primera semana de enero, que fue declarado como Patrimonio Cultural e inmaterial de la humanidad por la Unesco y resume la idiosincracia de esta raza que durante siglos se mantuvo al margen de la unidad nacional debido a sus marcados orígenes y a una dura geografía. El Carnaval de Negros y Blancos compone un evento al que turistas venidos de todas partes del mundo asisten para contagiarse de una alegría que solo aquí se sabe vivir y disfrutar.
Es tal la diferencia del pueblo de Pasto con la mayoría de los departamentos colombianos que es popular la práctica de un deporte llamado La chamba, una especie de tenis mezclado con pelota vasca y elementos indígenas de gran aceptación no solo en Pasto sino en todo el departamento de Nariño.
“El Cuy”, ese tierno roedor criado por los incas es un símbolo de la ciudad y su delicioso sabor adorna las mesas de cada familia que gustosos se reúnen para disfrutar de este bocado majestuoso y que confirma a Pasto como un lugar de gastronomía sin igual en donde además se destaca la elaboración de dulces y postres como el helado de paila y el dulce de Chilacuán y amasijos como los quimbolitos y las empanadas de añejo hacen agua la boca de propios y visitantes.
Parque en Pasto - Shutterstock
Una visita obligatoria en esta noble ciudad es a la Laguna de la Cocha, un sitio sagrado para los primeros habitantes y cuya isla en su interior llamada La Corota es centro de peregrinaje en balsas y canoas engalanadas para la ocasión.
Cuando de encontrar objetos merecedores de admiración se trata, la marroquinería tiene un alto grado de tradición y calidad con fama nacional, también el famoso barniz de Pasto engalana cerámicas y objetos de madera con un arte desarrollado durante siglos y que evoca un pasado sublime.
Pasto se consolida como un destino del turismo en Colombia que con sus atractivos como ciudad sumado al encanto de sus habitantes, la convierten en un lugar digno de conocer y disfrutar porque en cada una de sus plazas, calles y parques una grata sorpresa siempre aparecerá.
Ubicada en el centro del país, en la cordillera oriental, ramal de los Andes americanos y perteneciente al altiplano cundiboyacense, la capital del país conocida como la Sabana de Pasto, tiene una extensión aproximada de 33 kilómetros de sur y norte y 16 kilómetros de oriente a occidente.
El Carnaval de Negros y Blancos, declarado en el 2002 Patrimonio Cultural de la Nación, se celebra cada año en Pasto, una ciudad andina situada...