Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Jugos de cajita o en bolsa, una mentira frutal

“¿Otra vez tomando de eso?, se va a llenar la barriga de gusanos, en la casa le tengo limonada hecha con agüita hervida”.

Revisa siempre los ingredientes que contiene las cajas de jugo artificial. Foto: Shutterstock
Revisa siempre los ingredientes que contiene las cajas de jugo artificial. Foto: Shutterstock

“¿Otra vez tomando de eso?, se va a llenar la barriga de gusanos, en la casa le tengo limonada hecha con agüita hervida”.

¿Cuántas veces escuchamos estas palabras cuando después de una larga jornada de clases nos dirigíamos a casa con el sol de la una de la tarde sobre la frente y un vendedor de refrescos en bolsita plástica aparecía como una especie de salvador ante ese bochorno que el saco de lana del uniforme hacía eterno?

Sin hacer caso a las madres que vaticinaban una debacle intestinal, comprábamos “agüitas coloradas” con las monedas que sobraban de las onces y aunque muchos nos negamos a aceptarlo, esos refrescos o “bolis”, como los llaman en la costa atlántica, fueron los causantes de retorcijones y escapes al baño en careras dignas de medalla olímpica que no siempre terminaban con éxito.

La salud de la población es un derecho que aunque tenga la mejor intención, disposición e incluso, garantías constitucionales, no siempre es una meta cumplida y aunque en diferentes países del mundo se ejerce estricto control sobre los componentes y el daño a la salud que muchos artículos de consumo masivo causan, en Colombia esta batalla parece librarse a medias y muchos de nosotros aún no tenemos idea de lo que consumimos o si es verdad lo que dicen los fabricantes de productos de consumo masivo sobre los componentes.

Los licores y cigarrillos, productos declarados como nocivos, pagan impuestos que suponen una elevada cuota en los presupuestos destinados para el sector de la salud, de las grasas y las harinas también son comunicados sus efectos perjudiciales pero en cuanto a los jugos que pululan por todos los lugares, con todos los sabores, colores, empaques y marcas, muy poco se habla.

Pero ¿qué tiene de malo un juguito?, se preguntará usted, un jugo está hecho para quitar la sed, para ofrecer ricos sabores y hasta para alimentar, también lo dicen los comerciales de la televisión y teniendo en cuenta eso se venden por millones y se convirtieron en elemento casi indispensable en las loncheras de los niños.

Pero si usted observa bien los ingredientes de cada delicioso jugo de cajita o botella y lee en su etiqueta que contiene ácido cítrico, hexmetafosfato de sodio, sorbato de potasio y ácido ascórbico, ¿aún lo considera bueno para usted o sus hijos?

Foto: Shutterstock
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Además surge otra pregunta, ¿de dónde proviene el sabor a fruta?, pues con todo ese montón de químicos mencionados pues poco de naturaleza se cree que pueda aparecer en un empaque y es allí donde cobra vigencia lo que dice la publicidad y la información que describe cada producto.

Como norma se deben describir los ingredientes, porcentajes de agua, sodio, azúcar y grasas de cada producto, la información debe ser cierta para no confundir al consumidor y especialmente para no ocasionar daños a la salud pero en Colombia no todo lo que se dice es verídico y además se omite información importante.

La Superintendencia de Industria y Comercio formuló cargos contra una reconocidísima marca de jugos nacionales, porque anunciaban sus productos como elaborados con fruta de verdad, cuando la realidad es que contienen un bajísimo porcentaje de pulpa procesada y la mayor parte de sus sabores son artificiales o químicos.

Con lo anterior se desvela la importancia de no creer que todo lo que se anuncia es cierto y también de la responsabilidad que tienen los productores en decir la verdad.

Lógicamente la empresa se defendió argumentando todo un juego retórico y por pertenecer a un poderoso grupo económico seguramente no se verá afectada, pero se pone en evidencia la doble moral que pone en riesgo la salud de la población.

Conozcamos cuáles son los ingredientes que componen lo que bebemos y decidamos si son lo más adecuado para nuestro cuerpo porque aunque pasteurizados, con vitaminas, al mejor precio y con la energía para hacernos llegar a la luna de un brinco, no dejan de ser bebidas artificiales que jamás remplazarán los frutos que nos entrega la naturaleza y por el contrario juegan un importante papel en la mala alimentación actual.

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