Por: Alejandro Poveda • Colombia.com

¡Cuidado! Estos son los daños que las bebidas energizantes le hacen a tu salud

Problemas de azúcar y enfermedades cardiovasculares son solo algunas.

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Cuidado con el consumo excesivo de bebidas energizantes. Foto: Shutterstock
Cuidado con el consumo excesivo de bebidas energizantes. Foto: Shutterstock

Problemas de azúcar y enfermedades cardiovasculares son solo algunas.

Cada día es más común ver en el mercado un sin número de bebidas que prometen mantenerte activo y despierto durante las jornadas laborales. Si bien es cierto que muchas de estas bebidas no contienen alcohol, si contienen elementos que alteran el funcionamiento del cuerpo.

¿Eres de los que necesita tomar una bebida energizante a cada rato porque se siente cansado y sin energía? Ten cuidado, el abuso de estas sustancias podría traer graves complicaciones al cuerpo humano aunque no lo sientas a corto plazo.

El sistema cardiovascular es el más afectado con estas bebidas, en el peor de los casos pueden desencadenar en una muerte súbita. Foto: Shutterstock.

Carbohidratos, taurina, guaraná y Cafeína ¿Te suenan? Muchos de los comerciales que vemos en televisión anuncian a viva voz el contenido de sus bebidas energizantes. Estas, en efecto, tienen una incidencia directa en el sistema nervioso central de los seres humanos. Son muy empleados para prácticas deportivas, mejorar la concentración, actividades nocturnas (fiestas) y a la vida laboral.

El error que surge por parte de los consumidores es considerar que las bebidas energéticas y las gaseosas son lo mismo. Por ejemplo, los deportistas no deberían consumir las bebidas energizantes buscando rehidratar su cuerpo, ya que se ha demostrado que la cafeína, muy presente en estas bebidas, contribuye a la deshidratación por su efecto diurético. Las bebidas energizantes no se deben tomar a la ligera.

Aunque la taurina, la cafeína y el guaraná no son nocivos para la salud por sí solos, son una bomba de tiempo cuando se mezclan, ya que aumentan preocupantemente su efecto sobre el sistema cardiovascular.

Por otro lado, varios estudios señalan que el consumo excesivo de cafeína puede generar un aumento preocupante en la frecuencia cardiaca y la presión arterial, al igual que arritmias, fibrilación auricular e infartos, es decir, daños en la función cardiaca.

Además, también se le ha atribuido un “efecto de rebote” que consiste en una caída anímica posterior al consumo de la bebida energizante, es decir, funciona por un corto periodo de tiempo pero tras pasar su efecto puede generar depresión, desorden del sueño, hiperactividad  e irritabilidad.

No hay que satanizar a la cafeína, cuando su consumo es ocasional y mesurado no representa daños para la salud, pero cuando la concentración de cafeína es alta sí es alarmante. Se estima que una bebida energizante de 220 ml puede significar lo mismo que tomar  3 o 4 tazas de café de un solo golpe.

En Colombia el Ministerio de Salud obliga a los productores de bebidas energizantes a colocar en sus etiquetas los riesgos que pueden representar para los menores de edad, mujeres embarazadas y madres lactantes, además de advertir la cantidad de bebidas recomendadas para un solo día. 

Las bebidas energizantes no se deben mezclar con alcohol

Su consumo también se ha generalizado durante y después de la ingesta de bebidas alcohólicas. Por cuenta de la sensación de energía y conciencia que falsamente suelen producir, los jóvenes estarían acompañando el consumo de licor con las bebidas energéticas. Varias autoridades médicas han alertado sobre esta práctica.

Un estudio realizado recientemente por científicos del Centro de Investigación sobre Adicciones de la Universidad de Victoria de Canadá reveló que la falsa sensación de sobriedad llevaría a los jóvenes a abusar del consumo de licor y por ello a sobrepasar los niveles de intoxicación tolerados por el cuerpo, esto contribuiría a la alteración del ritmo cardiaco.

Por otro lado, un estudio realizado en la Universidad de Purdue, reveló que el mezclar estos productos ocasiona un efecto en el cuerpo similar al que produce el consumo de cocaína.

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