Oración a San Cristóbal de Magallanes para los conductores

San Cristóbal de Magallanes fue un sacerdote y mártir mexicano, al cual se le conmemora cada 21 de mayo. A partir de sus 19 años de vida decidió entregarse por completo a la vida religiosa, por lo que se inscribió a un Seminario Conciliar de Guadalajara y luego fue designado a la parroquia de su pueblo natal.

Fue perseguido por el ejército federal, que en aquella época llevaba a cabo una cruel cacería de cristianos y terminó siendo asesinado sin tener derecho a un juicio mientras se dirigía a la Santa Misa. Hoy te enseñamos dos poderosas oraciones dedicadas a él, una de protección, compartida por el portal ‘La Luz de María’, y una específicamente para los conductores, compartida por el portal ‘Diocesis de Córdoba’.

Oración de protección

A ti acudimos, san Cristóbal, para que nos acompañes a los largo de la vida, intercedas ante Dios por nosotros para ser fuertes en la fe, como tú lo fuiste y dar la vida por Cristo nuestro Señor. Tú has sabido vivir cada momento de la vida sabiendo que ningún mal de este mundo puede quitarnos el bien eterno del cielo, solo un momento dura el dolor, el sufrimiento, después el cielo será eterno.

Te pedimos  poder llegar al fin de cada día con salud bienestar y gracia de Dios. Tú llevaste sobre tus hombros al Niño Jesús, que así quiso premiarte por tus servicios ofrecidos a todos quienes te pedían ayuda en el camino.

Ya que eres abogado de los que están en camino, y especialmente de los conductores, rogamos tu intercesión para que nos asistas en el viaje y nos obtengas del Señor, el bien de regresar felices y agradecidos a nuestros hogares. Amén.

Oración para los conductores

Dame, Señor, mano firme y mirada vigilante, para que mientras conduzco no cause daño a nadie. A ti, Señor, que das la vida y la conservas, te suplico humildemente que guardes hoy la mía. Libra, Señor, a quienes me acompañan de todo mal, enfermedad, incendio o accidente. 

Enséñame a hacer uso de mi coche para remedio de las necesidades ajenas. Haz, Señor, que no me arrastre el vértigo de la velocidad, y que, admirando la belleza de este mundo, logre seguir y terminar felizmente mi camino. Te lo pido, Señor, por los méritos de tu santísima Madre, la Virgen del Camino, y por la intercesión de san Cristóbal, especial protector de los conductores. Amén.