Oración a San Juan Diego para solucionar dificultades económicas
Ante una necesidad económica, San Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe, puede ayudarte; solo debes dedicarle este oración especial.
Ante una necesidad económica, San Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe, puede ayudarte; solo debes dedicarle este oración especial.
San Juan Diego, el santo que se conmemora cada 09 de diciembre, fue un indígena muy devoto y religioso que tuvo una visión de la Virgen de Guadalupe, motivo por el cual es muy recordado. Todo sucedió en el año 1531 cuando caminaba por el cerro de Tepeyac, donde tuvo cuatro apariciones; en ese mismo lugar se construyó un templo sagrado.
Se dice que tras las apariciones, se quedó con un manto “milagroso”, en el cual quedó plasmada la imagen de la Virgen. Son muchas las personas que piden su intercesión para solucionar diferentes tipos de problemas; hoy re enseñaremos una hermosa oración dirigida a él, compartida por el portal ‘oraciones de sanaciones’.
Oración para solucionar problemas económicos
Humilde y benevolente, San Juan Diego, que siendo tan solo un pastor fuiste elegido como particular mensajero por Nuestra Señora de Guadalupe cuando quiso aparecer ante ti y pedirte que comunicaras sus mensajes.
De ello quiso dejar testimonio grabado en tu tilma, como símbolo de aprecio y lealtad a la labor que para Ella realizaste, y que ha servido para que se edificara su templo y todo el mundo pueda venerar y orar ante la Santísima Virgen María, en esta hermosa advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, Sagrada Madre Tonantzin, patrona tan querida y amada por todos.
Intercede por mí, bendito San Juan Diego, es lo que hoy vengo a suplicarte, para que por medio de tu sencillo corazón Nuestra grandísima Señora, ponga sus ojos en mi causa y me procure el alivio de las penas, necesidades y sufrimientos que llevo en mi corazón, y que son grandes y me atormentan; (exponer los problemas y realizar la petición con mucha fe).
Sabido es por todos que nuestra Madrecita no deja de cuidar y atender a sus devotos, con su inmensa piedad y misericordia y yo espero de ella, y tengo la fe de obtenerlo, que me ayude a resolver mis problemas, con tanta eficacia y rapidez como solo Ella, Madre todopoderosa, puede hacerlo.
Yo te prometo, mi querido Juan Diego, que mi corazón sabrá responder con todo mi amor y mi devoción para vosotros dos, por todos los días de mi vida, y que mi agradecimiento será eterno, pues en vosotros deposito toda mi confianza, hasta que un día pueda unirme a ti, y compartir la dicha y la felicidad sin fin allí donde nuestra celestial Madre reina, en la gloria junto a su Hijo, con Dios Nuestro Señor y con el Espíritu Santo.