Novena de aguinaldos: consideración del día 3 para leer en familia este 18 de diciembre

La Novena de Aguinaldos avanza con el día 3, una reflexión que invita a preparar el corazón y fortalecer la fe en familia este 18 de diciembre.

Por: Alexandra Méndez • Colombia.com
Novena de aguinaldos. Foto: Shutterstock
Novena de aguinaldos. Foto: Shutterstock

La Novena de Aguinaldos avanza con el día 3, una reflexión que invita a preparar el corazón y fortalecer la fe en familia este 18 de diciembre.

Continúa la cuenta regresiva para la navidad, y muchos hogares colombianos ya se están preparando para conmemorar el nacimiento del Niño Jesús, el próximo 24 de diciembre, a través de la tradicional novena de aguinaldos. 

La novena de aguinaldos es una práctica religiosa que invita a recordar el camino de fe, humildad y esperanza que atravesaron la Virgen María y San José para llegar a Belén, pero también es una tradición que fomenta la armonía y la unión familiar. 

Noche tras noche, centenares de familias se reúnen para rezar y compartir una merienda, aunque esta práctica también suele llevarse a cabo en iglesias, centros comerciales, empresas y en los barrios, por lo que muchos hacen la novena más de una vez en el día. 

La novena de aguinaldos está compuesta por cuatro oraciones, una consideración diaria y 12 gozos, que se rezan en un orden determinado: oración para todos los días, consideración del día, gozos, oración a la Virgen María, oración a San José, y por último la oración al Niño Jesús.

Para este 18 de diciembre, corresponde la lectura de la consideración del día 3 de la novena, que invita a la reflexión sobre la vida que llevó Jesús desde su encarnación para la redención de los pecados de la humanidad. A continuación te la compartimos. 

Novena de aguinaldos: consideración del día 3 para el 18 de diciembre 

Así había comenzado su vida encarnada el Niño Jesús. Consideremos el alma gloriosa y el santo cuerpo que había tomado, adorándolos profundamente.

Admirado en el primer lugar en el alma de ese Divino Niño, considerarnos en ella la plenitud de su gracia santificadora; la de su ciencia beatífica, por lo cual desde el primer momento de su vida vio la divina esencia más claramente que todos los ángeles y leyó lo pasado y lo por venir con todos sus arcanos conocimientos.

Del alma del Niño Jesús pasemos ahora a su cuerpo, que era un mundo de maravillas, una obra maestra de la mano de Dios. No era, como el nuestro, una traba para el alma; era, por el contrario, un nuevo elemento de santidad. Quiso que fuese pequeño y débil como el de los niños, y sujeto a todas las incomodidades de la infancia, para asemejarse más a nosotros y participar de nuestras humillaciones.

La belleza de ese cuerpo del Divino Niño fue superior a cuanto se ha imaginado jamás, y la divina sangre que por sus venas empezó a circular desde el momento de la encarnación es la que lava todas las manchas del mundo culpable.

Pidámosle que lave las nuestras en el sacramento de la penitencia, para que el día de su Navidad nos encuentre purificados, perdonados y dispuestos a recibirle con amor y provecho espiritual.

Día 3