Innovación médica: nueva técnica de preservación de órganos revoluciona el trasplante de órganos
Esta metodología aporta muchos beneficios en el proceso de trasplante de órganos.
Esta metodología aporta muchos beneficios en el proceso de trasplante de órganos.
El trasplante de órganos es un procedimiento médico que ha venido revolucionando la medicina desde sus inicios a comienzos del siglo XX. Se refiere a la “transferencia de órganos, tejidos o células vivas de un individuo a otro con el objetivo de mantener la integridad del tejido trasplantado en el receptor”, así lo indica Defelitto J. en su texto “Trasplante de Órganos: Generalidades”.
El primer trasplante de órganos se llevó a cabo en 1971, cuando un paciente recibió un pulmón de un fallecido de forma exitosa. Desde entonces, las técnicas y procedimientos han venido evolucionando hasta convertirse en cirugías comunes.
Uno de los principales retos de este tipo de procedimientos es la preservación de los órganos, pues muchos de estos se pierden por el poco tiempo que tienen para ser trasplantados luego de su extracción. Pero en fechas recientes un grupo de científicos creó una nueva técnica que alargaría el tiempo de preservación.
Se trata de la perfusión, que está cambiando todos los aspectos del proceso de trasplante de órganos, tanto la manera en que operan los cirujanos, como los tipos de pacientes que pueden donarlos y los resultados para quienes los reciben.
La tecnología está disponible en el Northwestern Memorial Hospital de Chicago, donde se ha experimentado con órganos de animales modificados genéticamente. “Es un poco ciencia ficción”, señala Daniel Borja-Cacho, cirujano de trasplantes del hospital.
El cambio de paradigma en la medicina y el uso generalizado de estas tecnologías permitiría a los médicos almacenar temporalmente órganos fuera del cuerpo. De hecho, desde la implementación de la perfusión, el Northwestern ha registrado un aumento del 30 por ciento en su volumen de trasplantes de hígado.
Anteriormente, para reducir el daño a los órganos después de su extracción y antes de conectarlos al receptor, los cirujanos solían enfriarlos hasta justo por encima del punto de congelación. Esto ralentizaba significativamente sus procesos metabólicos para prolongar el tiempo durante el cual los órganos pueden ser trasplantados, aunque solo por un breve período.
Ahora, con la perfusión se bombea sangre o un fluido oxigenado a través de tubos a los vasos sanguíneos del órgano donado para preservarlo en funcionamiento durante más tiempo.