Cebolla: el alimento de amores y odios que combate muchas enfermedades

La cebolla es una hortaliza herbácea bienal perteneciente a la familia de las amarilidáceas la cual es utilizada comúnmente en múltiples recetas alrededor del mundo por su fuerte sabor. 

Más allá de poseer una excelente capacidad para especiar la comida con un sabor sutil, este alimento tiene múltiples beneficios para la salud. Los egipcios, por ejemplo, la consideraban un talismán para aliviar numerosas enfermedades. Los griegos y romanos también la apreciaban por sus propiedades curativas.

En la actualidad, es la tercera hortaliza más cosechada a nivel mundial y sus beneficios van desde mejorar la salud del corazón, hasta ser un excelente antiséptico y antibacterial.

“Esta hortaliza contiene compuestos fenólicos como la quercetina, que le brindan la capacidad de inhibir el crecimiento de las bacterias a través de mecanismos que limitan la absorción de los nutrientes por las células bacterianas. Los estudios reportados refieren actividad microbiana contra cepas de Escherichia coli, Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa”, indica el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), de México. 

De acuerdo con expertos del portal Cuerpo y Mente, la cebolla, en especial la morada, tiene una variedad de compuestos y nutrientes como: calcio, magnesio, cloro, cobalto, cobre, hierro, fósforo, yodo, níquel, potasio, silicio, cinc, azufre, bromo y vitaminas A, B, C y E, que ayudan en la prevención de enfermedades y molestias como: 

• La osteoporosis y debilidad en los huesos 
• Las alteraciones del hígado 
• Los problemas de piel 
• El desequilibrio hormonal 
• Infecciones 
• Diabetes
• Asma, bronquitis y tos
• Tensión y colesterol alto
• Cálculos renales
• Gota
• Estreñimiento y hemorroides 
• Dolores menstruales
• Menopausia
• Insomnio 
• Indigestión 
• Obesidad 

La cebolla se puede comer en múltiples preparaciones, ya sea cruda o cocinada, pues de ambas formas conserva muy bien sus propiedades beneficiosas para el organismo.

“A diferencia del ajo, la cebolla mantiene mejor sus propiedades cuando se cocina, aun así es mucho más afectiva cuando se come en crudo. Algunos de sus compuestos organosulfurados se destruyen parcialmente con el calor así que se puede hornear entera, con su piel, y después añadirla a la receta correspondiente”, señalan los expertos. 

Por otro lado, los especialistas en nutrición indican que el mejor tipo es la cebolla morada, pues tiene varios compuestos que permiten una mejor absorción de sus nutrientes. 

“Aunque hay personas que se dividen en opiniones sobre si la cebolla blanca o la morada tiene mejor sabor, lo cierto es que sus propiedades y cualidades nutricionales son similares. Sin embargo, la cebolla morada se distingue por ser rica en antocianinas, compuestos que, además de darle su coloración característica, han demostrado actividades antiinflamatorias y quimiopreventivas”, concluye el CIAD.