El kéfir no solo ayuda a la digestión, también favorece el sueño: así debes tomarlo, según experta

El kéfir es una bebida láctea fermentada que ha cobrado mucha popularidad en los últimos años gracias a sus múltiples beneficios comprobados para la salud general y el bienestar gastrointestinal. Está elaborado con cultivos de bacterias y levaduras que se le agregan a la leche u otras bebidas como el agua de coco, las cuales se alimentan de los azúcares naturales para favorecer su multiplicación. 

Esta bebida es rica en probióticos, por lo que sirve para mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico. Asimismo, es una excelente fuente de proteínas, calcio, vitamina D y vitamina K2, nutrientes esenciales para la salud general del organismo.

Expertos de la web Medical News Today destacan entre los beneficios del consumo regular de kéfir: el control de azúcar en sangre en personas con diabetes u obesidad, la reducción de los niveles de colesterol y el equilibrio de las bacterias en el tracto digestivo.

Por otro lado, la médica especializada en microbiota intestinal, Sara Marín, explicó en el medio El Confidencial, que esta bebida también favorece el sueño si se consume de forma adecuada. 

Según la especialista, mezclar el kéfir con alimentos como el cacao puro, las almendras y el plátano, favorece la absorción del triptófano y el magnesio, sustancias que ayudan a regular el sistema nervioso y mejoran el descanso nocturno.

La doctora Marín aconseja consumir esta mezcla en forma de batido un par de horas antes de ir a la cama para aliviar el estrés y controlar el insomnio. 

¿Cómo preparar kéfir casero?

Ingredientes y elementos 

• Granos o polvo de kéfir activo
• Leche de vaca o leche vegetal 
• Un frasco de vidrio
• Un filtro de café
• Una banda elástica
• Una espátula de silicona o madera
• Un colador de malla no metálico

Paso a paso

1. Esteriliza el frasco lavándolo con agua caliente y jabón. 
2. Déjalo secar al aire libre boca abajo sobre una rejilla limpia.
3. Cuando esté seco, agrega la leche.
4. Agrega una cucharadita de granos de kéfir o un paquete de kéfir en polvo por cada taza de leche. 
5. Deja espacio en la parte superior.
6. Cubre el frasco con el filtro de café de papel y asegúralo con la banda elástica. 
7. Guarda el frasco en un lugar cálido a 21 ° C durante 12 a 48 horas. 
8. Mantén el frasco alejado de la luz solar directa y agítalo suavemente si el líquido comienza a separarse.
9. Una vez que la mezcla se haya espesado, cuélalo en un recipiente de almacenamiento.
10. Cúbrelo bien y guárdalo hasta por una semana en la nevera.