Envejecimiento cerebral: cómo la pandemia habría acelerado el deterioro cognitivo, según estudio
Un nuevo estudio sugiere que el envejecimiento cerebral se aceleró en la pandemia, afectando funciones cognitivas incluso en adultos jóvenes.

Un nuevo estudio sugiere que el envejecimiento cerebral se aceleró en la pandemia, afectando funciones cognitivas incluso en adultos jóvenes.
La pandemia del COVID-19 dejó no solo más de 704.753.890 de casos confirmados y 7.010.681 muertes, sino también múltiples secuelas y aprendizajes en la humanidad. Un estudio publicado en Nature Communications el 22 de julio de 2025 concluyó que el envejecimiento cerebral se aceleró durante la pandemia, avanzando en promedio 5,5 meses más de lo normal, incluso en personas que no se infectaron.
El estudio liderado por la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, se llevó a cabo utilizando modelos de aprendizaje automático entrenados con escáneres cerebrales obtenidos del Biobanco de 15.334 participantes sanos con los cuales se analizaron más de 1000 resonancias de pacientes sanos.
Según los investigadores, se observó un envejecimiento promedio de 5,5 meses más durante la pandemia. Hombres, adultos mayores y personas con desventaja social mostraron mayor aumento en edad cerebral.
¿La pandemia nos envejeció cognitivamente?
Aunque previamente se habían hecho investigaciones relacionadas con el deterioro cognitivo y el COVID, solo fue hasta hace algunos meses que los especialistas se enfocaron en cómo el encierro y la pandemia afectó al envejecimiento cerebral en la población general.
La investigación concluyó que incluso sin infección, factores psicosociales pueden desencadenar activación microglial e inflamación cerebral, afectando la plasticidad sináptica y la neurogénesis, lo que conduce al envejecimiento cerebral.
Los especialistas destacaron que aunque hubo un envejecimiento cerebral en general, solo quienes contrajeron COVID-19 experimentaron deterioro cognitivo objetivo en pruebas de velocidad mental y flexibilidad mental.
Por otro lado, quienes no se infectaron mostraron cambios estructurales sin efectos cognitivos medidos en el corto plazo, lo que sugiere que las alteraciones pueden ser reversibles o tardar más en manifestarse.
Expertos atribuyeron el envejecimiento cerebral en la población mundial a factores como el aislamiento social, el estrés prolongado y la inactividad física, afectando especialmente a hombres, adultos mayores y personas de zonas vulnerables socioeconómicamente.
La explicación es que el confinamiento, la incertidumbre y la ruptura de rutinas activas y sociales tienen la capacidad de activar respuestas de estrés prolongado y alteraciones del eje HPA, promoviendo un estado inflamatorio persistente en el cerebro, similar al observado en envejecimiento natural.
Estudios en pacientes COVID severos revelaron activaciones de genes típicos del envejecimiento en el córtex frontal, aunque sin presencia directa del virus en el tejido cerebral, reflejando procesos inflamatorios parecidos a los del envejecimiento precoz.