Capturan a miembros de banda que comercializaba carne de burro para empanadas

La carne de burro y de caballo parece estar más presente en nuestras dietas sin que nos demos cuenta y son muchas las personas dedicadas a esta actividad ilegal que cada vez es seguida de cerca por las autoridades.

El año pasado se destapó un escándalo en el que se logró descubrir que se suministró a varios niños carne de caballo en medio de un programa de alimentación escolar en el departamento de Santander, allí el contratista entregó carne de caballo durante un año cuando debió hacerlo con carne de res dentro del PAE, Programa de Alimentación Escolar.

Un nuevo caso de comercialización de carne de caballo se conoció luego de que agentes especiales de la Policía Judicial lograron capturar a 8 integrantes de una banda delincuencial que se dedicaba al sacrificio de ejemplares de caballos y bovinos que se encontraban enfermos para luego comercializar su carne en zonas del Eje Cafetero.

La carne era procesada en muy malas condiciones de salubridad para luego ser comercializada a fábricas de empanadas y diferentes establecimientos en el departamento de Risaralda y municipios de los departamentos aledaños.

Los animales utilizados para el sacrificio se encontraban enfermos y fracturados y en muy mal estado físico, además eran adquiridos en diferentes lugares del país y llevados a una finca en Risaralda para ser sacrificados y desde allí mismo ser transportados en camiones sin conservar la cadena de frío y sin ningún tratamiento sanitario.

Los investigadores lograron evidenciar que esta banda delincuencial comercializó entre los años 2020 y 2021 cerca de 60 toneladas de carne la cual era vendida al mejor postor en fábricas de empanadas y también en carnicerías de diferentes lugares del eje cafetero.

Los investigadores encontraron bastante evidencia y también encontraron un matadero clandestino en donde se encontraron ejemplares bovinos, porcinos y equinos vivos, pero en muy mal estado, al igual que ejemplares despresados, también las autoridades encontraron restos de animales esparcidos por el lugar y varios enterrados en lugares cercanos sin el menor tratamiento sanitario, lo que empeoraba la situación.

La comunidad residente cerca de la zona del matadero clandestino había denunciado en diferentes oportunidades que se presentaban constante y permanentemente olores nauseabundos.

Un fiscal especializado imputó a los capturados los cargos de corrupción de alimentos, productos médicos o material profiláctico, concierto para delinquir y daño a los recursos naturales, sin embargo, ninguna de las personas capturadas aceptó los cargos.

La Fiscalía General de la Nación solicitó medida de aseguramiento privativa de la libertad para dada uno de los detenidos en este caso.