Migrantes irregulares están partiendo en balsas desde la isla de San Andrés en Colombia

Los migrantes irregulares que viajan hacia países centroamericanos con el objetivo de llegar a los Estados Unidos va en aumento y Colombia es uno de los países que padecen la crisis social y humanitaria que esto significa por su condición de lugar geográficamente estratégico.

Desde Colombia parten cada día hacia Centroamérica cientos de personas que esperan lograr el sueño americano corriendo los enormes riesgos que significa atravesar la selva del Darién en Panamá, un camino largo e inhóspito para el que no todos están preparados.

La selva cuenta con los peligros propios de su geografía: ríos caudalosos, terrenos elevados, estrechos, y también animales salvajes, pero la presencia de grupos armados y de asaltantes hacen casi inhumana la travesía, y pese a esto, el número de migrantes que toman este camino para llegar a los Estados Unidos no disminuye.

Ante la dificultad que representa la selva panameña y la gran cantidad de personas que esperan en Colombia días y semanas enteras una lancha que los lleve desde el Urabá a los límites con Panamá, muchos migrantes están utilizando otra ruta para llegar a Centroamérica para recalar en los Estados Unidos.

Viajes en balsas frágiles e inseguras

Tan peligrosa como el Darién es la isla de San Andrés en el Caribe colombiano muy cerca de Nicaragua, y resulta peligrosa porque la turística isla es el punto de partida para varios migrantes que llegan a ella para partir hacia Centroamérica en botes y balsas de todo tipo desafiando el bravo mar.

Los migrantes que deciden viajar a países centroamericanos desde San Andrés en balsas se exponen a naufragios, varios de ellos han tenido que ser atendidos por guardacostas colombianos, y la situación ha alcanzado niveles de alarma que, hasta el defensor del pueblo, Carlos Camargo Assis ha denunciado la situación.

El funcionario ha denunciado que migrantes de todas las nacionalidades han tomado como punto de partida hacia Centroamérica la isla de San Andrés viajando en embarcaciones que no reúnen los requisitos de seguridad y en la que, al igual que el Darién, gran parte de los viajeros son menores de edad, porque son familias enteras las que esperan lograr llegar a los Estados Unidos.

“A finales de octubre fue reportada la desaparición de 32 migrantes y dos tripulantes en ese recorrido, con lo que se demuestra una vez más que no es una ruta migratoria segura”, indico Carlos Camargo, defensor del pueblo.

Uno de los puntos más difíciles de la situación es que los naufragios no son reportados o no se conoce de ellos sino hasta un tiempo prolongado después lo que dificulta las labores de ubicación y rescate.