Posibilidad de corridas de toros en Bogotá pone en alerta a animalistas y antitaurinos

Los animalistas en la ciudad de Bogotá no están contentos luego de que las corridas de toros podrían volver a la Plaza de Toros de la Santamaría en el centro de la capital.

Las puertas del emblemático coso taurino de la ciudad, uno de los más importantes del mundo taurino, podrían volver a abrirse después de tres años debido a que un fallo del Juzgado Cuarto Administrativo derogara apartes de la normativa que restringía las corridas de toros en Bogotá.

El acuerdo 767 de 2020 prohibía el uso de picos, estacas y cualquier elemento que pudiera causar daño al toro durante las corridas, lo cual para los puristas de la tauromaquia va en contra de los principios de lo que ellos llaman arte.

Estas medidas en las que se buscaba causar el menor daño posible a los toros tenían también como intención la de desincentivar la práctica del toreo en la capital, siguiendo el ejemplo de otras ciudades anteriormente taurófilas, pero que decidieron dar un giro a sus costumbres y tradiciones en defensa de la vida animal.

El concejal de Bogotá, José Cuesta, lamentó la decisión porque permitirá el desarrollo de la tauromaquia como la hemos conocido tradicionalmente, un ritual en donde se les causa daño a los toros y también su muerte, como mandan los cánones del denominado arte de cúchares.

Actividad taurina compete al Congreso

Diana Diago, concejal del Centro Democrático indicó que la Corte Constitucional había dicho que prohibir las actividades taurinas competía al Congreso de la República y no a los concejos municipales.

La concejal indicó que existe una necesidad de encontrar un equilibrio que respete la tradición cultural como los derechos de los taurinos, haciendo hincapié en que se deben acatar los fallos judiciales.

El asunto de la eliminación de las corridas de toros es complejo, pues no existe una ley establecida y aprobada por los estamentos legislativos, además, los defensores de las corridas argumentan que esto hace parte de la tradición cultural del país, por eso no se debería eliminar.

Los defensores de la vida animal argumentan que la fiesta brava en Bogotá es un espectáculo dirigido a la élite, mientras que las personas vinculadas a la temporada taurina expresan que se han visto enormemente afectados porque la economía de varias y empresas y familias está vinculada a esta actividad, la que unos consideran arte, y otros, un crimen contra los animales.

El alcalde electo de Bogotá, Carlos Fernando Galán, tendrá este asunto dentro de su agenda, pero se enfrenta a decisiones judiciales y también a la posibilidad de que se presenten proyectos de ley que eliminen la actividad taurófila en la ciudad capital.