Caso Miguel Uribe: ICBF revela entorno violento del adolescente acusado de intentar asesinar al senador ¿Es una victima?
El dilema detrás del caso del menor que intentó matar a Miguel Uribe conmueve a las entidades que lo señalan como una víctima más.

El dilema detrás del caso del menor que intentó matar a Miguel Uribe conmueve a las entidades que lo señalan como una víctima más.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) presentó nueva información durante la audiencia que se llevó a cabo recientemente, por el intento de homicidio contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. El joven de 14 años señalado como autor material del ataque está siendo juzgado desde su cama en un hospital, ya que resultó herido al tratar de huir después del hecho.
Durante la audiencia, una funcionaria del ICBF compartió un informe psicosocial basado en lo que contó la tía del menor. Según su testimonio, el papá del joven lo golpeaba con frecuencia, tanto con palabras como físicamente.
“Le pega puños, patadas… le dice ‘Lo voy a romper’. Que, si tiene que pagarlo, lo paga…”, relató la funcionaria. El informe refleja que el menor creció en un ambiente donde la violencia intrafamiliar era parte del día a día, lo cual, argumentan, habría influido fuerte en su forma de ser y actuar.
El historial del menor incluye cinco reportes previos por agresiones, abandono y comportamientos violentos. Actualmente, está bajo custodia en el búnker de la Fiscalía, mientras las autoridades siguen recopilando pruebas.
Ante esta situación, varias organizaciones de derechos infantiles y expertos legales insisten en que el menor también es una víctima y señalan la urgencia de reforzar los programas de prevención y recuperación, en vez de optar por castigos más duros.
Confesiones del sicario de Miguel Uribe
El adolescente busca acogerse a un principio de oportunidad con la Fiscalía. Durante la misma audiencia, el adolescente confesó que recibió unos 20 millones de pesos para llevar a cabo el atentado contra Uribe Turbay.
Contó también que fue contactado por una red criminal que opera en la zona de Engativá, donde él vivía y según su versión, ese grupo le dio el arma, una pistola Glock comprada en Arizona, EE.UU., y organizó el transporte hasta el lugar del ataque, al que llegaron también otros cómplices en moto.
Este caso ha abierto un debate fuerte sobre qué tanta responsabilidad deben asumir los menores reclutados por bandas criminales. La fiscal Luz Adriana Camargo explicó que, si se le encuentra culpable, el joven podría recibir hasta ocho años de prisión, pero en un centro educativo especializado, no en una cárcel común.
Mientras tanto, la Fiscalía Nacional está tratando de identificar a quienes planearon y financiaron el atentado de Miguel Uribe. Uno de los principales sospechosos es alias “El Costeño”, y se está ofreciendo una recompensa de hasta 300 millones de pesos a quien brinde información que permita dar con su paradero.