Víctimas de acoso sexual en la Universidad Javeriana entregaron escalofriantes relatos

En fechas recientes, surgió un gran escándalo debido a algunas acusaciones realizadas por estudiantes sobre presuntos actos de acoso sexual por parte de ciertos profesores hacia las y los alumnos de la Universidad Javeriana. Las denuncias han cobrado gran relevancia pues se han visto involucrados “prestigiosos” docentes de la entidad. 

Hace algunos días, una joven expuso en el medio investigativo El Expediente varios casos ocurridos hace nueve años, los cuales nunca fueron denunciados. “Ojalá Víctor de Currea hubiera sido el único profesor en la Universidad Javeriana con estos comportamientos “coquetos” presuntamente acosadores”, dice en su relato, añadiendo que la situación es mucho más grave, pues “el lamentable historial de presuntos acosos en la Universidad Javeriana va mucho más allá”. 

En el texto la mujer explicó que los involucrados en el caso son exalumnos de la facultad de Ciencia Política de la Universidad Javeriana que estudiaron en el plantel educativo en los años 2013-2016. 

“Lo escribo para demostrar que el acoso y el abuso no solo se limita a las mujeres; lo escribo como un llamado a la acción para que las Universidades fortalezcan sus protocolos de denuncia y brinden la información y seguridad necesaria a sus estudiantes, para que estos sean conscientes cuando están siendo víctimas de acoso”, señala. 

En su artículo manifestó también, que tres de estos casos fueron perpetrados por un mismo victimario, quien “presuntamente habría creado una “red de acoso sexual” dentro de la facultad de Ciencias Políticas”. 

Por otra parte, hace algunas horas la revista Semana publicó otros escalofriantes relatos de tres jóvenes que también fueron víctimas de estos actos en la misma institución. Todos estos involucran al profesor y exdecano Edwin Murillo Amaris. 

Uno de los jóvenes contó en su testimonio que luego de terminar su intercambio en Estados Unidos y no lograr el puntaje para continuar con el énfasis en gestión pública, acudió al profesor Murillo, quien lo citó a un café y le dijo que debía acostarse con él para “pagarle el favor”.

“Empezó a escribir por WhatsApp, a decirme que era divino; mandaba videos porno de hombres teniendo sexo, que para que me acostumbrara. No entendía. Logré un trabajo con la facultad y en un viaje a Cartagena, borracho, perdí el conocimiento. Cuando desperté, iba en un taxi y él me estaba acariciando la cabeza, casi me boto del carro ahí en la plaza de armas”, dijo.

El joven contó además, que en una ocasión cuando viajaron a Cali para hacer un acompañamiento el profesor se le tiró encima y lo empezó a besar y a tocarle las partes íntimas y aunque la víctima lo tiró al piso y lo amenazó con golpearlo, al día siguiente fue como si nada y el acoso continuó. 

Otra de las víctimas narró que el acoso comenzó por correo electrónico pero las cosas fueron escalando poco a poco. “Me invitaba a salir, yo me negaba porque no quería tener esos espacios. Un día acepté y me llevó a un bar gay en Chapinero. Me intentó besar, yo no quería, nunca accedí. Ahora me doy cuenta de que fue acoso; todo el tiempo estar pendiente, mandar besos por chat, decirme todo el tiempo que me estaba pensando”, aseguró. 

El último joven contó que el acoso comenzó cuando le ofreció ayuda para conseguir trabajo. “Me dijo que me iba a ayudar con mi trabajo y mi carrera. Dijo que me ofrecía asesorías privadas en Cartagena, para ir a unos corregimientos en el sur de Bolívar. Le dije que no. Me empieza a decir ‘oye, pero vas a perder la oportunidad de terminar tu semestre rápido’. Luego me empieza a amenazar con que yo iba a perder la plata del semestre”, manifestó.

Luego de todo este escándalo, los estudiantes denunciaron que no se hizo nada al respecto y que la universidad nunca les ofreció una reparación. Por su parte, la institución señaló que si se tomaron cartas en el asunto y que este precedente sirvió para activar el protocolo ‘Pasos para la orientación y acompañamiento en casos de violencia sexual de estudiantes’.