Con billete roto no hay mercado: la nueva política de Walmart

Desde noviembre de 2024, Walmart ha impuesto una nueva política en Estados Unidos: no recibirá billetes deteriorados en sus tiendas. Este cambio busca mejorar la seguridad y reducir riesgos de falsificación, en un contexto de crecimiento en el uso de pagos digitales.

La medida afecta particularmente a aquellos consumidores que dependen del efectivo, como los inmigrantes y personas sin acceso a servicios bancarios, quienes ahora deberán cumplir con estrictos estándares en sus billetes para poder hacer sus compras.

La decisión responde a la necesidad de evitar pérdidas derivadas del manejo de billetes en mal estado, los cuales son más susceptibles a ser confundidos con falsificaciones. Walmart especifica que no se aceptarán billetes con rasgaduras, perforaciones, manchas, daños estructurales o decoloración excesiva, ya que estos pueden dificultar la verificación de autenticidad y el reconocimiento de su valor.

Esta postura estricta surge en un momento en que los consumidores están adoptando más rápidamente métodos de pago digitales, lo que reduce el uso de efectivo en general.

Para los clientes que cuenten con billetes deteriorados, Walmart sugiere acudir a bancos o a la Oficina de Grabado e Impresión de Estados Unidos, que pueden cambiar el dinero en mal estado. No obstante, la nueva política supone un desafío para muchas personas de bajos ingresos y aquellos sin cuentas bancarias, quienes dependen del efectivo para sus transacciones cotidianas.

Según datos de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), el 5.4% de los hogares en EE.UU., en su mayoría inmigrantes, carecen de cuentas bancarias y deben usar el dinero en circulación, lo cual podría complicar su acceso a Walmart bajo esta nueva medida.

Así, la cadena se une a una tendencia en el sector comercial estadounidense que prioriza los pagos digitales, ofreciendo mayores niveles de seguridad pero también incrementando las barreras para quienes aún dependen del efectivo para cubrir sus necesidades diarias. Pese a que se trata de una medida medianamente reciente, queda por ver si logra durar con las condiciones de la economía estadounidense.