Por: Redacción Colombianos • Colombia.com

Un colombiano puso a volar la tradicional estatua de Cristóbal Colón por los cielos de Madrid

Un colombiano puso a volar la tradicional estatua de Cristóbal Colón por los cielos de Madrid. Iván Argote quiere ser esta vez un ‘invasor’ llegado de América a Europa, pero esta es una invasión de arte, historia y reflexión.

Iván Argote es un artista colombiano con una especial atracción por los monumentos emblemáticos. Foto: Twitter @concomitantes / @queiles
Iván Argote es un artista colombiano con una especial atracción por los monumentos emblemáticos. Foto: Twitter @concomitantes / @queiles

Un colombiano puso a volar la tradicional estatua de Cristóbal Colón por los cielos de Madrid. Iván Argote quiere ser esta vez un ‘invasor’ llegado de América a Europa, pero esta es una invasión de arte, historia y reflexión.

Esta no es una crónica de un atentado terrorista, de hecho, esta historia está llena de vida y tiene dos protagonistas, uno respira como ninguno, y el otro dejó de hacerlo hace mucho, y aunque está enterrado, todos en Madrid lo pueden ver.

Iván Argote es un artista colombiano residente en Paris, pero que, por amor al arte decidió poner a volar la estatua de Cristóbal Colón, el muerto de esta historia, y aunque muchos no lo entiendan, no usó dinamita y no hubo ninguna explosión, cuando decimos que la puso a volar nos referimos a que la figura del genovés se elevó por los aires, a pesar de que el descubridor de América siempre fue hombre de mar.

Un buen día los madrileños sintieron que las cosas no eran como solían ser, ya la pandemia había contribuido bastante a ello, pero varios de ellos miraban entre el asombro y la inquietud, cómo uno de sus símbolos más tradicionales se mantenía suspendido en el aire a varios metros de altura.

Muchos creyeron que se trataba de un trabajo del ayuntamiento, de un cambio de estatua o de un traslado hacia otra zona de la capital española, incluso algunos se atrevieron a apostar qué figura remplazaría al adelantado italiano que, buscando las indias se pegó la perdida más macha y terminó descubriendo una tierra absolutamente espléndida; los más viejos esperaban la figura de algún grande de la lengua castellana y los más pequeños la de algún futbolista, ojalá del equipo merengue.

Iván Argote, un artista colombiano egresado de la Universidad Nacional tiene una visión muy particular de la historia, del descubrimiento de América y del hombre considerado como el descubridor de la nueva tierra, este hombre de 38 años se llevó a pasear la estatua de Cristóbal Colón por varios lugares de la Madrid, la cosmopolita y muy española capital.

El colombiano no es un ‘vándalo’, es un artista con un concepto muy personal sobre la figura de Cristóbal Colón, el marino genovés contratado por los Reyes Católicos para aventurarse en aguas que decían estar plagadas de míticos monstruos y peligros, pero cuyo descubrimiento suscitó una época de invasión, saqueo y esclavitud.

Argote cuestiona el porqué Colombia se llama así si el descubridor nunca pisó tierra colombiana, además quiso usar un símbolo muy español y muy americano para cuestionar su significado político e histórico, para él, muchos españoles añoran una época imperialista, un pasado tan añejo que solo se manifiesta en los libros de historia.

El artista colombiano fue considerado un transgresor y hasta un atrevido, pero para tranquilidad de muchos, la estatua de Colón jamás se movió de su lugar, no fue un espectáculo de magia o ilusión, pues hizo una réplica de la mole apoyado en tecnología 3D y recurriendo a un complicado equipo de logística que incluyó grúas, equipo y personal especializado.

Iván Argote quiere hacer historia en el arte haciendo uso de la historia, una que no siempre fue benigna con todos, porque aún seguimos rindiendo homenajes y considerando figuras casi religiosas a personajes venidos de otras latitudes que impusieron la muerte y la destrucción en tierras usurpadas con sangre.

No cabe duda que es interesante que en esta ocasión ese papel de ‘invasor’ sea representado por un americano en Europa, pero esta es una invasión de arte que invita a la reflexión y a la sanación de un pasado que nunca fue de la brillantez que exhiben los libros y los historiadores.