Un valiente colombiano batalla en Ucrania enseñando a la gente a hacer pan y no a disparar

Cuando se habla de Manuel José Betancur Montoya quizás a muchos no les suene el nombre, pero cuando se escucha el nombre de Manolo Betancur, no solo el nombre suena, sino que también huele, y con uno de los mejores aromas que pueden existir, el del pan recién horneado.

Manolo Betancur es ampliamente conocido en los Estados Unidos, porque desde hace años ha logrado ayudar de una manera muy especial a los necesitados logrando que estos tengan una torta de cumpleaños cuando no la pueden pagar o un plato de comida caliente.

Con Manolo’s, como se llama su panadería y pastelería en Charlotte, este colombiano nacido en Carmen de Viboral, Antioquia, la tierra de las vajillas pintadas a mano, ha logrado no solo fama de hombre de gran corazón y espíritu servicial, sino que su talento como experto repostero gana más admiración.

Manolo Betancur está donde se necesite ayuda y por eso dejó los Estados Unidos para irse a Ucrania, pero no con un fusil en sus manos dispuesto a combatir, sino con un enorme deseo de colaborar con los panaderos ucranianos, que pese a la crueldad de la guerra no dejan de fabricar pan y distribuirlo a quienes más lo necesitan.

‘El héroe del pan’ como fue reconocido el colombiano en los Estados Unidos se encuentra en las regiones de Bucha y Kiev entregando ayuda monetaria para los panaderos y también colaborando con la reconstrucción de varios hornos afectados por los bombardeos rusos sobre este país de Europa del este que se niega a caer bajo la dominación extranjera.

Betancur fue oficial de la Armada colombiana a pesar de ser de estrato medio bajo, como él mismo lo reconoce, por eso su vida ha sido una constante prueba de superación que ha aceptado y aprobado con mucha valentía y determinación.

En los Estados Unidos, este colombiano se ha convertido en un arduo luchador por los derechos de los inmigrantes y ha puesto su trabajo y hasta su dinero en pro de esa labor, y ahora, no escatima esfuerzos ni sacrificios para ayudar a los ucranianos a través del pan, porque como él dice, ‘si se alimenta el estómago se alimenta el espíritu’.

Manolo es un hombre bueno como el pan, y amasar ayudas, y no fortunas, es su más grande convicción, porque él no cree mucho en las palabras porque se las lleva el viento, lo suyo es la acción, por eso es que jamás se le quema el pan en la puerta del horno.