Protestas en la Vuelta a España reavivan el debate sobre el papel del deporte en conflictos internacionales
Suspensión de la última etapa de la Vuelta a España por protestas contra la presencia del equipo Israel-Premier Tech.

Suspensión de la última etapa de la Vuelta a España por protestas contra la presencia del equipo Israel-Premier Tech.
El debate sobre el papel del deporte en medio de conflictos internacionales volvió a encenderse tras la suspensión de la última etapa de la Vuelta a España en Madrid, donde miles de manifestantes protestaron contra la participación del equipo Israel-Premier Tech. A raíz de los hechos, el Consejo Superior de Deportes (CSD) ha solicitado al Comité Olímpico Internacional (COI) que estudie la expulsión de Israel de los eventos deportivos.
José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del CSD, defendió la postura del Ejecutivo español, asegurando que el deporte no puede permanecer indiferente ante lo que calificó como un “genocidio”. “No podemos actuar como si nada estuviera ocurriendo en España. Igual que sucedió con Rusia o con la Sudáfrica del apartheid, el deporte tiene la responsabilidad de remover conciencias y alinearse con los valores de justicia y humanidad”, afirmó durante la presentación de la Liga femenina Endesa.
El dirigente criticó duramente a la Unión Ciclista Internacional (UCI), que había acusado al presidente Pedro Sánchez de respaldar las protestas. Uribes tachó de “injusto y falso” el comunicado y señaló que la UCI está “blanqueando situaciones inaceptables”.
El CSD planea elevar la discusión en espacios internacionales, tanto deportivos como políticos, y buscará el respaldo de federaciones y comités olímpicos para que se adopten medidas similares a las aplicadas frente a Rusia tras la invasión de Ucrania.
El COI, sin embargo, se ha mantenido firme en su posición de neutralidad. A través de un comunicado, la organización reiteró que tanto el comité olímpico de Israel como el de Palestina cumplen con la Carta Olímpica y que sus atletas convivieron en paz durante los Juegos de París.
Mientras tanto, dentro de España, el debate se intensifica. Sectores del Gobierno, como el PSOE y Sumar, han coincidido en la necesidad de presionar a nivel internacional para que Israel sea vetado en próximos eventos deportivos, incluidos los grandes torneos globales.
La polémica refleja la tensión creciente entre la visión de un deporte neutral y la exigencia de que actúe como agente de presión frente a situaciones que, según Uribes, “son crímenes de lesa humanidad y no pueden ser normalizados en ningún ámbito de la vida, mucho menos en el deporte”.
Mientras el COI mantiene su postura de neutralidad y el Gobierno español insiste en la necesidad de sancionar a Israel, la discusión sobre los límites entre deporte y política sigue abierta. Lo que comenzó como una protesta en el asfalto hoy se proyecta hacia los más altos escenarios del deporte mundial, donde se decidirá si Israel continúa participando o si finalmente se impone un veto similar al aplicado en el pasado a Rusia y Sudáfrica.