Uruguay atropelló a Chile en el debut y se puso el letrero de Candidato

El partido, en Palmaseca se movió rápido, entre uruguayos y chilenos. De un saque de banda, el capitán uruguayo, Fabricio Díaz remata a portería tras la asistencia de Álvaro Rodríguez. De esta manera, el debutante entra pisando fuerte, además anotando el gol más rápido del campeonato. Un gol merecido, para una selección de Uruguay que salió a buscar el partido desde el minuto uno y se encuentra, de esta forma, con la victoria parcial.

Uruguay es una tromba y, apenas 3 minutos después Luciano Rodríguez anota el segundo para Uruguay, tras recuperar un balón en la mitad de la cancha. Chile no encuentra y se ve atropellado por Uruguay, que desconcierta y da un golpe de autoridad. Chile no encuentra la salida y no es capaz de pasar de la mitad de la cancha. Uruguay le copó los espacios, ahogando a su rival.

Pasados 10 minutos, Chile buscó reaccionar y, en una jugada, hasta logró entrar a la portería rival. El partido se torna emotivo, con un Uruguay que entregó el balón tras sus dos goles y un Chile que aceptó la donación y se precipitó sobre la portería de Randall Rodríguez, aunque sin poder convertir dicha posesión, en un eventual descuento.

Sobre 20 minutos no había un dominador claro. Ninguna de las dos selecciones era capaz de hacer 3 pases seguidos. Sin embargo, cada vez que la celeste se conectó, puso en aprietos la defensa austral. Sobre 37 minutos Uruguay volvió a llegar, a través de Mathías de Ritis, que disparó desde media distancia y salió apenas desviado.

Dos minutos después, luego de un increíble error defensivo de los Chilenos, Damián García anotó el tercer gol, rompiendo defensa, portería y maya de Chile, que no encontraba el camino y se enredaba con el paso del tiempo. Al cierre del primer tiempo, Uruguay se veía cómodo en el terreno de juego, generando peligro cada vez que se acercaba a la puerta protegida por Vicente Reyes.

Tras diez minutos de iniciada la segunda parte, el partido no cambió mucho, con una selección chilena que, producto de la ansiedad y el afán de querer revertir el marcador, era imprecisa y sin ideas en ataque. Por su parte, Uruguay, inmutable, buscaba defenderse con la posesión de la pelota, produciendo nervios en la saga chilena, con cada aproximación.

Sobre 70 minutos el partido no mostraba fuertes cambios. Chile no tenía cómo vulnerar la portería uruguaya y los charrúas, completamente montados en el marcador, no le daban oportunidad al rival que debía recurrir a la falta para recuperar el balón. Uruguay no pasaba ningún problema y sólo esperaba el final del encuentro. No hubo tiempo para más. El partido, sin saberlo, se había acabado a los 39 minutos, cuando la celeste anotó por tercera vez.