Por: Jessica Mutis • Colombia.com

Hermanos bolivianos crearon una fundación para donar prótesis a los más necesitados

La iniciativa fue de Roly Mamoni un ingeniero electrónico de 32 años que desde los seis se interesó por la robótica. 

El ingeniero electrónico crea prótesis biomecánicas con plástico y derivados, que solo requieren el movimiento del codo para activarse. Foto: Youtube Agencia EFE
El ingeniero electrónico crea prótesis biomecánicas con plástico y derivados, que solo requieren el movimiento del codo para activarse. Foto: Youtube Agencia EFE

La iniciativa fue de Roly Mamoni un ingeniero electrónico de 32 años que desde los seis se interesó por la robótica. 

En entrevista con el diario El País, Momoni refirió su infancia cuando todo le generaba curiosidad, desde saber cómo enciende una luz, pasando por su deseo de tener más juguetes y hasta comprender qué se puede hacer con los cables. Razón por la cual junto a su hermano Juan Carlos, fisioterapeuta, la empresa Robotics Creators, con el objetivo de “no sentir impotencia y ayudar a las personas que perdieron alguna extremidad o la movilidad de alguna de ellas”. El taller se ubica en Achocalla, una pequeña localidad lejos de la ciudad.

Otro de los motivos que lo impulsó fue el hecho de analizar la problemática de su país entorno a las soluciones inexistentes “Me doy cuenta en un punto que si no llevamos este conocimiento a una transición que realmente sirva, no tiene mucho sentido. Cuando yo estaba en la universidad veía y muchas veces me he preguntado por qué no hay soluciones en esta área en nuestro país”.

“En una de esas y en base a la experiencia y el conocimiento que obtuvimos, nos hemos atrevido justamente con mi hermano a poder brindar una solución para una persona con amputación transradial haciendo uso de la impresión en 3D”, afirma Mamani.

El ingeniero electrónico crea prótesis biomecánicas con plástico y derivados, que solo requieren el movimiento del codo para activarse o del tipo robótica, con circuitos integrados internos y batería, que hace uso de un sensor que trabaja la motricidad para quienes no tienen movimiento en el codo.

Una prótesis convencional puede costar 5.000 dólares, una mecánica 10 mil y una biónica 16 mil. La empresa de los Mamani se creó para dirigirse a personas de bajos recursos, por lo que utilizan materiales más económicos pero eficientes para “hacer la donación y no cobrar ni un centavo”.

Uno de los beneficiados se llama Felipe, un agricultor de 75 años que cuando tenía 30 perdió ambas manos y parte de sus antebrazos tras un accidente con dinamita. Al conocer la historia, Roly fue hasta su casa con una mochila en la que llevaba las prótesis de muestra con las que calculó las dimensiones y medidas. Semanas después, el hombre que pasó más de cuatro décadas sin manos volvió a tenerlas.

“Para nosotros la satisfacción más grande es ver a una persona volver a sonreír, ver a una madre llorar por ver a su hijo teniendo una nueva oportunidad. Son cosas que nunca va comprar el dinero, son experiencias que te llenan la vida de buena energía”, contó Mamani.