Por: U.N. • Colombia.com

Autocuidado mejora calidad de vida de pacientes con insuficiencia cardiaca

La capacidad de estos pacientes para elegir acciones que conduzcan a cambios en su vida, salud, bienestar y desarrollo humano estaría relacionada con mantener una buena calidad de vida.

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El autocuidado es clave para estos pacientes. Foto: Shutterstock
El autocuidado es clave para estos pacientes. Foto: Shutterstock

La capacidad de estos pacientes para elegir acciones que conduzcan a cambios en su vida, salud, bienestar y desarrollo humano estaría relacionada con mantener una buena calidad de vida.

Así lo asegura Diana Yiseth Molano Barrera, magíster en Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien adelantó un estudio cuantitativo correlacional para determinar si existía una relación entre las variables “calidad de vida” y “agencia de autocuidado” en personas con esta enfermedad atendidas en el programa multidisciplinario de insuficiencia cardiaca de una institución de salud de cuarto nivel de Bogotá.

Para este trabajo contó con una muestra de 107 pacientes con insuficiencia cardiaca, la cual provoca que el corazón no bombee sangre con la eficacia necesaria debido a una alteración de la función ventricular sistólica o diastólica. Dicha patología se relaciona con la presencia de síntomas como falta de aire al hacer esfuerzos; fatiga y debilidad; hinchazón en las piernas, los tobillos y los pies; latidos del corazón rápidos o irregulares y una menor capacidad para hacer ejercicio, entre otros.

Foto: Shutterstock
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Los pacientes también formaban parte de un programa multidisciplinario en el que, además de la intervención en enfermería, también contaban con un grupo de profesionales en cardiología, nutrición, psicología y trabajo social, entre otros.

“Me llamaba la atención investigar sobre la calidad de vida relacionada con la salud, porque es uno de los objetivos principales que busca todo tratamiento con los pacientes, no solo desde la parte farmacológica sino de todas las intervenciones terapéuticas que puedan recibir”, manifiesta la investigadora.

Otro propósito del estudio era analizar si las intervenciones que se llevan a cabo en enfermería para mejorar la capacidad de agencia de autocuidado tenían impacto en este aspecto, observa la magíster.

Para conseguirlo, evaluó variables relacionadas con ambos temas a través de los instrumentos Appraisal of Self-Care Agency Scale-Revised y el Cuestionario de cardiomiopatía de Kansas City. Este proceso permitió confirmar la tesis acerca de la relación entre calidad de vida y agencia de autocuidado con un coeficiente de correlación de Spearman de 0,316, que se considera un valor débil pero significativo.

La capacidad de agencia de autocuidado se encontró en categorías altas con 63,55 % y muy altas con 34,57 %, mientras que la calidad de vida relacionada con la salud se encontró preservada en el 84,11 % de los pacientes, resultados que se pueden asociar con la intervención multidisciplinaria que estos recibieron, lo que justificaría replicar tales intervenciones.

Foto: Shutterstock
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La investigadora aclara que a partir de estos resultados también queda claro que es necesario desarrollar más estudios en esta población, que evalúen el mismo fenómeno y determinen si la correlación identificada se mantiene en otros escenarios de atención que no sean multidisciplinarios.

Además ratifica la necesidad de generar propuestas de intervención de enfermería que evalúen estas variables y contribuyan a la atención integral de las personas con insuficiencia cardiaca.

Muchos pacientes, a su corta edad, padecen insuficiencia cardíaca

En aspectos sociodemográficos, el estudio identificó que la media de la edad de los pacientes con insuficiencia cardiaca fue 59,9 años y el 66,3 % se encontró en la categoría de los 51 a los 75 años. El sexo masculino predominó con un 67,3 % y la ocupación independiente, mientras que el nivel educativo fue 17,8 % en bachillerato completo y universitario.

Cabe resaltar el hallazgo de un porcentaje significativo de personas jóvenes, entre los 25 y 50 años, dentro de la muestra, que por sus características requieren de intervenciones ajustadas a sus necesidades e intereses.

“Es necesario que la enfermería fortalezca las estrategias actuales para lograr que los pacientes jóvenes adopten estilos de vida saludable que favorezcan la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, empezando por el control de los factores de riesgo cardiovascular”, señala la investigadora.