Cáscaras de las frutas podría ayudar a bajar de peso

La pectina extraída de estos residuos, una sustancia conocida por su potencial para disminuir los triglicéridos y el azúcar en la sangre, se podría aprovechar en productos para reducir la obesidad y prevenir enfermedades intestinales.

rutas tropicales. Foto: Pixabay
rutas tropicales. Foto: Pixabay

La pectina extraída de estos residuos, una sustancia conocida por su potencial para disminuir los triglicéridos y el azúcar en la sangre, se podría aprovechar en productos para reducir la obesidad y prevenir enfermedades intestinales.

La obtención de esta sustancia de las cáscaras de la curuba, por ejemplo, se puede aprovechar en productos para controlar la obesidad; la pectina de la granadilla ayudaría con el tránsito intestinal, y los residuos del jugo de gulupa proporcionarían una adecuada fibra dietaria. 

Entre tanto, se determinó que los hidrocoloides (compuestos químicos que conforman la pectina) de la capa intermedia de la cáscara del maracuyá y de la granadilla poseen buenas propiedades funcionales para ser empleadas en productos cárnicos. 

“Extrajimos la fibra de los residuos de las frutas para obtener la pectina, que también se emplea como agente gelificante en la fabricación de compotas y mermeladas y en soluciones para recubrir salchichas y carnes enlatadas”, explica la química Mayra Alejandra Quintero, magíster en Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.). 

La investigadora trabajó en la extracción y caracterización de hidrocoloides a partir de cáscaras de curuba, lulo y tomate de árbol, y de las semillas de maracuyá, gulupa y granadilla. 

Luego de extraer los hidrocoloides mediante tres métodos, se estableció que el ácido clorhídrico es el más eficaz para debilitar la pared de la cáscara y obtener las fibras que después fueron filtradas y secadas para caracterizarlas.

“Por medio de la caracterización química determinamos los ácidos urónicos (cantidad de pectina) y las ramificaciones de la molécula. Por su parte la caracterización funcional evidenció su capacidad para absorber agua y aceite. Estas fibras se utilizan en productos para darle viscosidad a los yogures, o en productos dietéticos”, señala.

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En cuanto a la curuba, se estableció que las propiedades benéficas de sus cáscaras se deben al alto nivel de ácidos urónicos, es decir de una mayor concentración de pectina. 

La investigadora afirma que este estudio confirma una vez más que los residuos agroindustriales sí se pueden aprovechar de manera eficaz y dejar de ser un gran problema no solo ambiental sino económico. 

“Los residuos producidos en el país servirían para alimentar a ocho millones de personas, ya que solo los correspondientes a las frutas generan 6,1 millones de toneladas que terminan en la basura o se convierten en abono”, destaca la investigadora.