Vida y Estilo • JUN 17 / 2011
¿Intestino perezoso? ¡piensa y come fibra!
Aunque se hable poco del estreñimiento, se trata de una enfermedad habitual que no se debe tomar a la ligera. Existen dos tipos de estreñimiento.
Colombia.com - Vida y Estilo
Aunque se hable poco del estreñimiento, se trata de una enfermedad habitual que no se debe tomar a la ligera. Existen dos tipos de estreñimiento.
El primero, el espástico, puede tener como origen una obstrucción del intestino grueso. Las contracciones intestinales existen pero la masa de alimentos no puede progresar hacia la “salida”. El diagnóstico se realiza tras una radiografía del abdomen.
El segundo tipo es el estreñimiento atónico, el menos frecuente. Está relacionado con la falta de ejercicio muscular, con un consumo insuficiente de fibra y con una ausencia absoluta de actividad física.
Hidratarse, lo primero
Cuando la alimentación es pobre en fibras y con poca hidratación, la masa de los alimentos digeridos pierde poco a poco el agua. Cada vez es más compacta y dura, lo cual dificulta el tránsito: el intestino “se bloquea”.
Una buena hidratación del contenido intestinal es la primera necesidad para asegurar un tránsito regular. Permite ablandar las sales para facilitar así el trabajo del colon, que hará progresar los alimentos “sin dolor”. Así pues, es muy importante ingerir 1,5 litros de líquidos al día (agua, café, té, zumos…) y consumir alimentos como frutas y verduras que, de forma natural, contienen mucha agua.
La importancia de la fibra
El papel de las fibras en el tránsito intestinal es muy importante gracias a su solubilidad:
Las fibras solubles cuentan con la particularidad de absorber el agua como una esponja y formar así una masa voluminosa que desciende con más facilidad a lo largo del intestino. La actividad de estas fibras depende totalmente de la hidratación de la alimentación. Las fibras solubles también aumentan la actividad bacteriana del colon. Su degradación por las bacterias produce sustancias capaces de estimular las contracciones del intestino, lo cual permite la evacuación de las sales.
¡No te quedes quieta!
La falta de actividad física también es una de las causas de la pereza intestinal. Cualquier inmovilidad agrava el estreñimiento. El hecho de estar tumbado o sentado todo el día contribuye a acentuar la lentitud del tránsito.
Así pues, es necesario hacer un pequeño paseo cada día y practicar semanalmente alguna actividad física.
Una alimentación variada
Todos los productos vegetales contienen de forma natural fibras alimenticias, en mayor o menor cantidad. En algunos casos se ha aumentado artificialmente su aportación de fibras.
Además, es preferible evitar cualquier aumento repentino de la aportación de fibra. Debes introducirla de forma progresiva en tu alimentación diaria. Un consumo excesivo de fibras insolubles, como el trigo, puede engendrar pequeños males muy desagradables (hinchazón, flatulencias). No olvides consumir fibra, ¡pero sin pasarte!
El segundo tipo es el estreñimiento atónico, el menos frecuente. Está relacionado con la falta de ejercicio muscular, con un consumo insuficiente de fibra y con una ausencia absoluta de actividad física.
Hidratarse, lo primero
Cuando la alimentación es pobre en fibras y con poca hidratación, la masa de los alimentos digeridos pierde poco a poco el agua. Cada vez es más compacta y dura, lo cual dificulta el tránsito: el intestino “se bloquea”.
Una buena hidratación del contenido intestinal es la primera necesidad para asegurar un tránsito regular. Permite ablandar las sales para facilitar así el trabajo del colon, que hará progresar los alimentos “sin dolor”. Así pues, es muy importante ingerir 1,5 litros de líquidos al día (agua, café, té, zumos…) y consumir alimentos como frutas y verduras que, de forma natural, contienen mucha agua.
La importancia de la fibra
El papel de las fibras en el tránsito intestinal es muy importante gracias a su solubilidad:
Las fibras solubles cuentan con la particularidad de absorber el agua como una esponja y formar así una masa voluminosa que desciende con más facilidad a lo largo del intestino. La actividad de estas fibras depende totalmente de la hidratación de la alimentación. Las fibras solubles también aumentan la actividad bacteriana del colon. Su degradación por las bacterias produce sustancias capaces de estimular las contracciones del intestino, lo cual permite la evacuación de las sales.
¡No te quedes quieta!
La falta de actividad física también es una de las causas de la pereza intestinal. Cualquier inmovilidad agrava el estreñimiento. El hecho de estar tumbado o sentado todo el día contribuye a acentuar la lentitud del tránsito.
Así pues, es necesario hacer un pequeño paseo cada día y practicar semanalmente alguna actividad física.
Una alimentación variada
Todos los productos vegetales contienen de forma natural fibras alimenticias, en mayor o menor cantidad. En algunos casos se ha aumentado artificialmente su aportación de fibras.
Además, es preferible evitar cualquier aumento repentino de la aportación de fibra. Debes introducirla de forma progresiva en tu alimentación diaria. Un consumo excesivo de fibras insolubles, como el trigo, puede engendrar pequeños males muy desagradables (hinchazón, flatulencias). No olvides consumir fibra, ¡pero sin pasarte!
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