¿Qué tipo de piel tienes? Te enseñamos a identificarla y las formas de cuidarla

La piel es uno de los órganos que más sufren por la constante exposición a todo tipo de agentes que causan terribles efectos en la misma, sin embargo, también es uno de los que menos cuidan algunas personas; es por esta razón que se hace necesario acoger hábitos de limpieza y protección adecuados, lo cual hoy te enseñaremos.

Tal como lo da a conocer el portal experto ‘Tua Saúde’, El tipo de piel está influenciado por factores genéticos y ambientales y por el estilo de vida, por lo que cambiando ciertos comportamientos es posible mejorar la salud de la piel, tornándola más hidratada, nutrida, luminosa y con un aspecto más joven. Estos son los más comunes, según los expertos:

• Piel normal: Esta piel tiene una textura suave y sin imperfecciones. No es ni demasiado seca ni demasiado grasosa y tiene un equilibrio saludable de agua y aceite.
• Piel seca: La piel seca tiene una falta de hidratación natural y puede sentirse tensa y tirante. Puede tener escamas o picazón.
• Piel grasa: La piel grasa produce un exceso de sebo, lo que puede provocar poros obstruidos, acné y brillo.
• Piel mixta: La piel mixta es una combinación de piel seca y grasa, con la zona T (frente, nariz y barbilla) más propensa a la grasa y las mejillas más secas.

Cuidado de la piel

El cuidado de la piel normal implica limpiar suavemente la piel y mantenerla hidratada con una crema hidratante suave. Por otro lado, cuando se trata de piel seca, se debe evitar el uso de productos que contengan alcohol o fragancias fuertes que puedan irritar la piel; también es importante hidratar la piel con regularidad, utilizando una crema hidratante rica en emolientes para retener la humedad.

Asimismo, el cuidado de la piel grasa implica limpiar la piel con un limpiador suave y evitar productos pesados o aceitosos; los productos que contienen ácido salicílico y peróxido de benzoilo pueden ser útiles para reducir la producción de sebo. A su vez, para la piel mixta se debe utilizar productos que sean suaves y equilibrados, evitando el uso de productos que puedan obstruir los poros.

Una vez identificado tu tipo de piel, puedes poner en práctica las recomendaciones que te compartimos anteriormente, para mantenerla saludable y protegida; sin embargo, estos son algunos consejos generales adicionales para que el cuidado sea mucho mayor.

• Limpieza: lava tu piel con un limpiador suave dos veces al día para eliminar la suciedad, el exceso de aceite y las impurezas.
• Exfoliación: exfolia la piel una vez por semana para eliminar las células muertas y mejorar la textura de la piel.
• Hidratación: hidrata la piel con una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel, para mantenerla suave y flexible.
• Protección solar: utiliza un protector solar con un SPF de al menos 30 para proteger la piel de los dañinos rayos UV.
• Nutrición: una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y grasas saludables también puede ayudar a mantener una piel saludable.