El estrés excesivo podría bajar tus defensas: así es como el cerebro y el intestino se conectan
Investigadores han descubierto que el estrés podría ocasionar un desequilibrio intestinal.
Investigadores han descubierto que el estrés podría ocasionar un desequilibrio intestinal.
El estrés es una reacción fisiológica normal del cuerpo ante situaciones tensionantes y conflictivas. Este sentimiento pone en alerta al cuerpo causando tensión física y emocional.
En condiciones normales, el estrés puede ayudarnos a encontrar soluciones rápidas a los problemas o evitar determinados peligros, por lo que suele ser completamente sano; sin embargo, cuando se vuelve crónico puede ocasionar problemas de salud, de ahí la importancia de aprender a lidiar con nuestras emociones.
“Es positivo tener un poco, pues nos ayuda a realizar las actividades diarias, pero cuando el estrés pasa a ser excesivo tiene consecuencias físicas y psíquicas. Sin embargo, podemos aprender a lidiar con él para sentirnos menos abrumados y mejorar nuestro bienestar físico y mental”, señala la Organización Mundial de la Salud.
Aunque siempre se ha tenido claro que el estrés puede provocar enfermedades, en fechas recientes una investigación realizó un hallazgo importante frente a la relación que existe entre este sentimiento, el sistema intestinal y las defensas.
De acuerdo con un estudio llevado a cabo por la Icahn School of Medicine at Mount Sinai, existe un estrecho vínculo entre la actividad cerebral y la homeostasis bacteriana intestinal, en otras palabras, el equilibrio de las bacterias del tracto gastrointestinal.
La investigación publicada en la revista Cell, reveló que aquellas personas que padecen estrés psicológico sufren con mayor frecuencia alteraciones en su microbiota intestinal.
El estudio se centró en analizar el funcionamiento de las glándulas de Brunner y su relación con el estrés. Estas glándulas ubicadas en el intestino delgado tienen la función de producir un líquido que ayuda a neutralizar el ácido proveniente del estómago.
Luego de varios estudios se confirmó que existe una relación entre el cerebro y estas glándulas, ya que necesitan estimulación del sistema nervioso para funcionar. De acuerdo con Christoph Thaiss, microbiólogo y neurocientífico de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia, este hallazgo es muy significativo.
De acuerdo con el experto, entender las forma como el cerebro y el intestino se conectan podría ayudar a estudiar a fondo situaciones como por qué algunas personas son más resistentes al estrés que otras.