Por: Alexandra Méndez • Colombia.com

Alimentos ultraprocesados serían igual de adictivos que el tabaco o el alcohol, según estudio

Los alimentos ricos en carbohidratos refinados y grasas inducen la misma liberación de dopamina en el cerebro que la nicotina o el etanol.

Ultraprocesados serían igual de adictivos que el tabaco o el alcohol. Foto: Shutterstock
Ultraprocesados serían igual de adictivos que el tabaco o el alcohol. Foto: Shutterstock

Los alimentos ricos en carbohidratos refinados y grasas inducen la misma liberación de dopamina en el cerebro que la nicotina o el etanol.

En las últimas décadas, los ultraprocesados como panes industriales, cereales, comidas precocinadas, carnes selladas al vacío o papas fritas de diversos sabores han ido ganando espacio en las estanterías de los supermercados a nivel mundial, desplazando a los alimentos frescos y saludables como frutas, verduras, carnes o pescados. Según cifras oficiales, el consumo de este tipo de alimentos se ha triplicado en los últimos años.

De acuerdo Javier Sánchez Perona, científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de la Grasa, los ultraprocesados son definidos como “alimentos que tienen un elevado nivel de procesamiento industrial, que contienen grasas saturadas, azúcares o sal añadida; además en esos alimentos no se puede reconocer la materia prima de la que proceden y normalmente tienen un contenido muy elevado de aditivos, entre los que se incluyen colorantes, aromas o potenciadores del sabor cuyo único objeto es mejorar la apariencia del alimento para que el consumidor ingiera más, y, por lo tanto, compre más.”

Aunque por años no se habían establecido los peligros de este tipo de productos, en un revelador estudio, un grupo de investigadores descubrieron que podrían desencadenar una adicción comparable a la del tabaco o el alcohol. Este fenómeno plantea interrogantes sobre los impactos de nuestra dieta moderna y destaca la necesidad de comprender mejor la relación entre lo que comemos y nuestras conductas adictivas.

El estudio publicado en la revista The British Medical Journal, establece datos importantes sobre los riesgos del consumo de ultraprocesados sobre todo en la población infantil. Los resultados del análisis establecen que "el 12% de los niños son adictos a los alimentos ultraprocesados, lo que implica un nivel de adicción “sin precedentes” nunca registrado".

La razón de esto, según el profesor de la Universidad de Sao Paulo de Brasil, Carlos Augusto Monteiro, quien propuso una clasificación de los alimentos en función de su nivel de procesamiento, sería que “cuando consumimos estos productos reaccionamos con un sistema de recompensa que tiene nuestro propio organismo. Es decir, nosotros consumimos el alimento y nuestro cerebro se encarga de recompensarnos, de tal manera que nos resulta muy atractivo y cada vez queremos consumir más. Tendemos a comprar mucho porque nos gusta mucho y encima a la industria le salen muy baratos”. 

Susana Jiménez, jefa de la Unidad de Psicología Clínica del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) e investigadora del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), y el coordinador de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del HUB y también investigador del Idibell, Fernando Fernández Aranda, concluyeron que “consumir productos como bollería industrial o comidas preparadas activa circuitos neuronales de recompensa de manera similar a como lo hacen otras sustancias".

Sus implicaciones en el organismo pueden estar relacionadas con la aparición de comportamientos impulsivos, la inestabilidad emocional, una salud física y mental deteriorada y varias afecciones a la calidad de vida.

Los expertos recomiendan desarrollar guías clínicas para el tratamiento, gestión y prevención de la adicción a este tipo de alimentos, con el objetivo de disminuir esta problemática que ha estado generando enfermedades en la población general.