Paro nacional en Colombia: El ruidoso juguete que la policía estrenó durante la protesta popular

Las violentas manifestaciones que han sacudido al país durante los días de paro nacional han dejado de ser un lanzamiento de piedras por un lado y gases del otro, la gran concentración de personas en medio de batallas campales ha hecho que la policía use todos los recursos, incluidos helicópteros, que el mando uniformado ha denominado como “elementos disuasivos”.

Las denuncias ciudadanas de uso desmedido de la fuerza por parte de las unidades policiales incluyen disparos de armas de fuego, gases lacrimógenos y bombas de estruendo, pero una nueva arma ha hecho su estreno en estos días y noches de protestas.

En la violenta noche del martes en la ciudad de Bogotá, decenas de ciudadanos denunciaron a través de las redes sociales que desde tanquetas de la policía se lanzaron contra la multitud proyectiles que despedían destellos muy similares a los fuegos artificiales, y aunque no eran explosivos, lograron el cometido de generar pánico y aturdimiento en la población.

No fue artillería pesada lo que se lanzaba desde las tanquetas, se trata de un sofisticado sistema de aturdimiento considerado como arma no letal y que es usado por diferentes fuerzas policiales del mundo llamado Venom, cuyo distribuidor, VIMAD Global Services afirmó, según El Espectador, que “Estos sistemas son ideales para el lanzamiento de señales de aviso o alarma en controles o en determinados intentos de aproximación de embarcaciones. Disponen de capacidad para hacer mucho más efectivo el uso de la fuerza por su preciso envío de municiones en las zonas de disturbios”.

El lanzador Venom está compuesto de cartuchos de caucho que se detonan secuencialmente en fragmentos en rangos de 100 o 200 metros que producen estruendos, destellos y fragmentos de caucho a velocidades punzantes.

El lanzador Venom ha sido adaptado a las tanquetas del ESMAD, pero se puede acoplar a otros vehículos, el costo de este sistema es de 451 millones de pesos y cada proyectil cuesta 270 mil pesos, por lo que se puede decir que la disuasión policial en las protestas es costosa.