Ciudades Santuario: Le quitan la risita a Trump y ordenan devolver ayuda a estos lugares

Donald Trump es el principal enemigo de las denominadas ciudades santuario, aquellos lugares que acogían a los inmigrantes ilegales y en los que las leyes de inmigración no se exigían o había enorme flexibilidad frente a su imposición.

Donald Trump no quiere ciudades santuario

Una de las promesas de Donald Trump al llegar al poder en los Estados Unidos fue acabar con las ciudades Santuario y previamente, había solicitado que se dejara de enviar presupuestos por parte del gobierno federal a estos lugares porque los dineros serían destinados a la atención de inmigrantes indocumentados, considerando que la nación tiene diversos requerimientos y dichos dineros podrían ayudar a repararlos.

Ha sido suspendida la orden de retirar fondos federales a las ciudades santuario, esto como una determinación de un juez Federal de la corte del Distrito Norte de California, con lo cual las ciudades santuario siguen teniendo vigencia.

William Orrik, juez del distrito Norte de California, afirmó que al bloquear los fondos federales para las ciudades santuario se está generando un daño irreparable, el cual se traduce en la privación de los derechos constitucionales y el socavamiento de la confianza entre ciudades y las comunidades a las que sirven.

La molestia de Donald Trump tiene que ver con que las ciudades santuario no colaboran con las agencias de inmigración y su fuerza policial no se encarga de detener, arrestar o realizar ninguna tarea concerniente a la inmigración, algo exclusivo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas ICE.

Una demanda conjunta fue presentada para que se mantenga el envío de fondos federales a las ciudades santuario y sus participantes fueron San Francisco, Santa Clara, Portland Oregon, New Haven, Oakland Emervylle, San José, San Diego, Sacramento, Santa Cruz, Monterrey, Seattle, Mineápolis, St Paul y Santa Fe.

La demanda iba dirigida especialmente contra Pam Bondi, la fiscal general, y una de las figuras claves del gobierno de Donald Trump, por tratarse de un personaje defensor de las políticas del mandatario y que quiere que todo su pensamiento y sus lineamientos se puedan reproducir fielmente.

Donald Trump atraviesa duros momentos en su lucha contra la inmigración, debido a que la Ley de Enemigos Extranjeros con la que había realizado la deportación de 230 inmigrantes venezolanos y algunos salvadoreños a El Salvador, fue suspendida por la Corte Suprema de Justicia, y de igual forma, New York y Colorado decidieron mantener en suspenso la aplicación de esta ley considerándola obsoleta y considerando que tiene cabida en la lucha contra la inmigración ilegal.

Se espera la reacción del mandatario Donald Trump y su equipo de gobierno frente a esta decisión porque la meta del gobernante de la potencia económica y militar de Occidente es la de expulsar inmigrantes ilegales y para ello busca diferentes ases bajo la manga, el último anunciado es el de recurrir a la ley de los 10 años, que, de acuerdo a las leyes de inmigración de los Estados Unidos, indica que todo inmigrante que haya estado en territorio estadounidense de manera ilegal durante más de un año será deportado y vetado para regresar a los Estados Unidos durante 10 años.

A cada golpe se produce una respuesta, también a manera de golpe de Donald Trump, quien quiere ser el amo y señor de la política migratoria en los Estados Unidos, obviando las determinaciones de la justicia.