Las deportaciones masivas dejarían a EE.UU. sin recibir enorme cantidad por impuestos

Estados Unidos se ha forjado como nación poderosa en el orbe gracias a la inmigración y con ese ánimo permanente ha mantenido una política de fronteras abiertas, pero estas quieren ser cerradas, porque como nunca antes, los venidos de otras latitudes, concretamente de las más pobres de la Tierra, quieren ser expulsados.

La política de Donald Trump de deportaciones masivas cuenta con adeptos y también con detractores y cuando sus números no satisfacen a las autoridades, se recuerda que apenas han trascurrido casi dos meses desde que el mandatario asumió el poder por segunda vez en la Casa Blanca.

La ofensiva contra los indocumentados en los Estados Unidos promete intensificarse y quienes no cuentan con estatus legal son en su mayoría hispanos, una raza que no agrada a Trump y a sus principales funcionarios, a pesar de que su secretario de Estado es de origen cubano, Marco Rubio García.

Las voces que se alzan en contra de las deportaciones de indocumentados esgrimen razones humanitarias y también económicas, pues al tratarse de estas últimas, la nación del Tío Sam se vería perjudicada porque dejaría de recibir una suma descomunal en materia de impuestos.

En los Estados Unidos todos deben pagar impuestos, incluso los indocumentados, que, de dejar de hacerlo al ser deportados, le significaría al gobierno una pérdida de 90 mil millones de dólares, de acuerdo con datos del American Inmigration Council.

Del total de los inmigrantes en los Estados Unidos, EL 25% se encuentra en condición de indocumentados, por lo que una persecución y deportación no caería bien en la ya golpeada economía.

Los inmigrantes en Estados Unidos aportan el 20% de los impuestos, esto corresponde a cerca de 650 mil millones de dólares al año, y son una fuerza importante para la sociedad y la economía, por eso la deportación no es el camino que muchos recomiendan.

Los indocumentados en los Estados Unidos pagaron tasas más altas de impuestos locales y han visto reducido su poder adquisitivo, por tanto, el problema económico y fiscal con su deportación es grave, sin contar lo costoso que resulta el plan de deportación de Donald Trump.

Mientras Donald Trump sigue adelante con sus planes de deportaciones masivas, una ola de racismo y xenofobia se vierte sobre los ciudadanos latinoamericanos en los Estados Unidos, sin importar su estatus migratorio.