Por: Redacción Actualidad • Colombia.com

Óscar Pérez Escobar, el colombiano que descifró una incógnita genética milenaria

Este ingeniero agronómico lideró una investigación en Inglaterra que logró descifrar un enigma milenario de más de 2.000 años de antigüedad analizando elementos antiguos hechos con palmas.

Un ingeniero colombiano dirige el grupo de investigación del Jardín Botánico de Londres. Foto: Twitter @EM11100k
Un ingeniero colombiano dirige el grupo de investigación del Jardín Botánico de Londres. Foto: Twitter @EM11100k

Este ingeniero agronómico lideró una investigación en Inglaterra que logró descifrar un enigma milenario de más de 2.000 años de antigüedad analizando elementos antiguos hechos con palmas.

Desde hace 50 años reposa en la colección de Botánica Económica del Jardín Botánico de Londres, el Kew Gardens, un artefacto egipcio fabricado con hojas de palma datilera trenzadas, este objeto fue encontrado en 1971 cerca de la necrópolis animal de Saqqara al sur de El Cairo y adyacente al valle del río Nilo, un lugar que actualmente hace parte de la lista de patrimonios mundiales declarados por la Unesco.

El Jardín Botánico de Londres cuenta con más de 10.000 objetos, los cuales se encuentran elaborados con plantas y también con hongos, y la historia de estos es un trabajo que aún se encuentra pendiente de realizar.

Óscar Pérez Escobar es un colombiano que desde hace 5 años trabaja con el Jardín Botánico de Londres, este investigador estudio ingeniería agronómica en la Universidad Nacional con sede en Palmira en el Valle del Cauca, pero realizó su especialización en Kew Gardens y ahora es el investigador líder de la institución a pesar de su juventud, apenas 32 años.

El investigador colombiano, especializado en orquídeas, encontró en el estudio del objeto hecho con hojas de palma una oportunidad para aprender de arqueobotánica y arqueogenómica, a través de las cuales se puede encontrar el ADN que aún reposa en la planta para poder reconstruir su evolución a lo largo de la historia.

En una investigación liderada por Óscar Pérez Escobar y que contó con la participación de 29 personas entre hombres y mujeres de diferentes nacionalidades, tres de ellas latinoamericanos, logró determinar que la palma de Saqqara contiene un código genético de la palma de Creta, también con la de azúcar, presente en India y Bangladés y con la palma dátil, de 6.000 años de antigüedad en el golfo Pérsico.

El estudio permitió determinar también que esta especie intercambió genes, lo cual es algo que pocas veces se piensa, pero para esta época ya se realizaban hibridaciones, por lo tanto, para mejorar las especies ya se realizaban cruces artificiales.

Este tipo de coronas al parecer se utilizaban para sellar jarrones de barro que contenían cerveza, semillas o comida como ofrendas a personas prestantes de la sociedad como sacerdotes y faraones.

Con la arqueogenómica se puede comprender cómo la composición genética se pudo afectar con el cambio climático, y con más datos, se podría determinar el color de los frutos, el género de la planta y hasta la trayectoria del cambio en la población.

Lo que ha hecho Pérez Escobar y su grupo es muy importante porque a través de la arqueogenómica y la arqueobotánica abren la puerta para descifrar a través de objetos hechos con elementos botánicos, la vida del hombre y la naturaleza de miles de años atrás.