Patricia Cardoso, la cineasta colombiana que sabe lo que es tener un Óscar entre sus manos

El premio Óscar siempre será el sueño de todo aquel cineasta, obtenerlo es el equivalente a ganarse el Campeonato Mundial de Fútbol, solo que, en el séptimo arte, y aunque muchos colombianos creamos que ningún nacido en esta tierra lo obtendrá, está equivocado.

La película “El abrazo de la serpiente” de Ciro Guerra, compitió en los Óscar de 2016 en la categoría de mejor película extranjera, y aunque estaba precedida de grandes comentarios, elogios y era considerada una de las favoritas para imponerse, la estatuilla la recibió la película húngara “El hijo de Saúl”.

Los colombianos creímos que podíamos haber tenido con Guerra nuestro primer premio Óscar, pero luego de eso, ningún colombino o producción nacional ha logrado meterse entre las nominaciones al galardón que se entrega desde 1929.

Lo que pocos colombianos sabían es que el premio Óscar sí ha logrado estar entre las manos de un compatriota, de hecho, en las de una compatriota, se trata de Patricia Cardoso, una realizadora bogotana radicada desde 1987 en los Estados Unidos y que se convirtió en música de conservatorio junto con su hermana.

Patricia Cardoso recibió en 1996 el premio Óscar al mejor trabajo de un estudiante por el cortometraje “El reino de los cielos”, ella estudió cine en la UCLA en California, pero en Colombia había estudiado antropología y arqueología, en esta última disciplina logró hacer la datación más antigua de la cultura Tayrona en carbono 14.

Patricia Cardoso hace parte del Sindicato de Directores de los Estados Unidos, un gremio cerrado y machista, pero en el que ha sabido mantenerse gracias a su carácter y a su calidad profesional, la cual la ha llevado a ser directora de programas latinoamericanos del Festival de Cine de Sundance, un certamen de cine independiente que se ha convertido en uno de los más famosos del mundo y que ha tenido por más de 40 años a Robert Redford como su principal imagen y difusor.

Patricia Cardoso ha dirigido cortometrajes y algunas películas en Colombia, entre ellas el regalo, Cartas al niño Dios y El paseo de Teresa, mientras que en el 2002 dirigió su ópera prima llamada “Las mujeres de verdad tienen curvas”, con la que recibió el premio de la juventud.

Esta cineasta colombiana se toma las cosas con calma, porque para ella todo debe hacerse bien, no importa que tome tiempo, y aunque desde hace algún tiempo no haga ruido, con seguridad aparecerá con una gran historia, bien escrita, contada y dirigida como le gusta a ella, una mujer tenaz que con talento ha logrado hacer de sus profesiones un verdadero deleite.