Familia de jugador de Junior en el Atanasio Girardot casi es presa de la violencia de las barras

Nuevamente, la violencia se apodera del fútbol colombiano y el estadio Atanasio Girardot fue el escenario en donde la irracionalidad de barristas verdolagas y tiburones se trenzaron en una absurda disputa que no respetó absolutamente a nadie.

El peligro y el riesgo que corrieron todos los presentes al estadio de Medellín también se trasladó a los jugadores y un miembro del plantel del Junior de Barranquilla tuvo que padecer desde la grama la angustia por saber si su familia, que se encontraba como espectadora del partido, se encontraba bien y no había sido víctima directa de la violencia de mal llamados hinchas.

Steven Rodríguez, a quien conocen como ´titi´, de acuerdo con Diario Deportes, se alarmó bastante una vez se iniciaron los actos violentos en el estadio de Medellín porque algunos miembros de su familia estaban sentados en una de las graderías del estadio esperando que el Junior realizará una buena presentación ante el Atlético Nacional.

Luego del segundo gol del equipo verde de Antioquia se desató la furia de las barras que se lanzaron en una cruenta pelea para demostrar cuál era la más fuerte y en medio de ella quedaron espectadores indefensos, niños y mujeres que querían disfrutar de un espectáculo en familia, pero terminaron padeciendo una pesadilla gracias a la violencia de quienes se hacen llamar seguidores, pero que no son más que delincuentes que de manera impune siguen campantes y listos para un nuevo hecho de violencia.

Lo mismo de siempre: ´vamos a tomar medidas´

La familia de Steven Rodríguez logró salir sana y salva del Atanasio Girardot, sin embargo, otras familias no pueden decir lo mismo porque algunos de sus miembros fueron heridos con armas blancas en una disputa que no tiene sentido, todo por unos´ trapos´, botines de guerra de bandas de delincuentes que se hacen llamar barras y que no respetan quién se atraviese en su camino.

El ´Titi´ Rodríguez y su familia sufrieron un gran susto y hoy los diarios y todos los medios de comunicación comentan el hecho, las voces autorizadas dan sus opiniones, pero esto no es más que el pan de cada día porque las soluciones de fondo, las soluciones reales simplemente no aparecen y el fútbol colombiano sigue a merced de los violentos que actúan con total tranquilidad extendiendo su violencia a cada lugar al que llegan.