Conoce las exposiciones en el Claustro de San Agustín de la universidad Nacional

La Universidad Nacional abre las puertas a dos exposiciones relacionadas con el Claustro de San Agustín el próximo fin de semana en la ciudad de Bogotá.

La primera exposición lleva el nombre de La montaña cuenta una historia del maestro Luis Hernando Giraldo donde se presentarán 56 dibujos en un formato pequeño con técnicas en carboncillo al pastel, pasando por la sangre de cordero, la ceniza y el óleo. Este trabajo resalta la montaña de San Antonio, en Pácora, Caldas, que se ubica frente a la casa del artista, además de la memoria y la naturaleza del territorio entre la vida y la violencia.

A esa montaña que vio desde recién nacido, la dibuja en toda su obra y le suma recuerdos, inquietudes y acontecimientos que no necesariamente sucedieron allí.

“Es como una imagen o un leitmotiv que me permite tener un lugar donde poner las historias que pertenecen a mi vida, a la vida de la comarca o a la nacional. La montaña es el telón que está recibiendo las historias para contarlas”, explica Giraldo.

Esta exposición se exhibirá en la sala 3 del Claustro de San Agustín.

La segunda obra lleva el nombre de Canción de cuna, realizada por la artista bogotana Juliana Góngora, quien realiza su trabajo con elementos orgánicos como la leche, la tierra, las hojas de maíz, la sal o los nidos de aves, para tejer una propuesta sobre el afecto, la dulzura, el conocimiento ancestral y el campo como espacio de cuidado y hogar.

Este trabajo está en colaboración con la comunidad indígena Ko’revaju, de Florencia, Caquetá, donde las pinturas son arte rupestre realizadas con pigmento vegetal. La exposición estará exhibida en la sala 4 del Claustro de San Agustin.

“Me gusta estar atenta a los procesos de transformación de la materia. Creo que la escultura reside en la tensión que surge cuando dos materiales se encuentran y crean lo opuesto, permitiendo lo imposible, lo insospechado (…) Considero la escultura como un lenguaje transversal. El lente con el que puedo ver el mundo, mi forma de relacionarme y mi forma de ser”, resalta Juliana.