Bogotá

Por: Redacción Turismo • Colombia.com

Cerro de Monserrate

“El que en Bogotá no ha ido con su novia a Monserrate no sabe lo que es canela ni tamal con chocolate”, así dice una estrofa de la canción Los cucaracheros de Jorge Añez, un bambuco que hace honor a Monserrate como símbolo de la ciudad y que juntos son patrimonio distrital.

Actualización
Un plan de altura que le dará paz a tu alma. Foto: Shutterstock
Un plan de altura que le dará paz a tu alma. Foto: Shutterstock

“El que en Bogotá no ha ido con su novia a Monserrate no sabe lo que es canela ni tamal con chocolate”, así dice una estrofa de la canción Los cucaracheros de Jorge Añez, un bambuco que hace honor a Monserrate como símbolo de la ciudad y que juntos son patrimonio distrital.

EL QUE TODO LO OBSERVA

Es que esta pegajosa canción rinde tributo al cerro tutelar que vigila a esta gran metrópoli que se agiganta cada vez más con el paso de los años y que sus habitantes con tan solo alzar la mirada, logran divisar esta grandiosa montaña que es la referencia obligada de la capital colombiana.

Con una altitud de 3.152 metros sobre el nivel del mar, el cerro es un sitio de peregrinación religiosa desde épocas coloniales debido a que sobre la montaña se posa el Santuario del Señor caído de Monserrate y es una visita que todo bogotano ha hecho cuando menos una vez en su vida y un plan muy recomendado para todo visitante que quiera divisar desde allí la enorme ciudad en la que se ha convertido Bogotá, y cuando el cielo está despejado se logran ver majestuosamente los nevados del Tolima y del Ruíz, elevaciones míticas de la cordillera central.

Foto: Shutterstock
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El camino hacia Monserrate es una atractiva aventura, pues se puede llegar a la cima por Teleférico de fabricación suiza, Funicular con techos de vidrio o caminando por un sendero especialmente construido y que es objeto de romería de fieles en la Semana Santa y por deportistas que ven en la escarpada montaña, un reto para la actividad física diaria o de fin de semana.

Monserrate es para Bogotá lo que es el Corcovado para Río de Janeiro o la Estatua de la Libertad para Nueva York, es el vigilante que con ayuda divina guía a la ciudad y a sus habitantes hacia mejores tiempos.

Si transita por el sendero peatonal se encontrará con una oferta artesanal variada en la que predomina la relacionada con asuntos religiosos, entonces compre un escapulario y pídale a Dios para que su vida funcione bien, en el Cerro de Monserrate, Dios siempre lo escuchará.

Una vez arriba, visite los restaurantes cuyas especialidades se remiten a la comida típica bogotana y chúpese los dedos con los tamales, almojábanas, ajiacos santafereños y demás delicias de altura que sin duda son la recompensa al esfuerzo, claro que si sube por teleférico o funicular no sienta remordimiento y pruebe toda la comida que el cerro ofrece y prometa que para la próxima visita sí subirá a pie.

Foto: Shutterstock
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Monserrate es un maravilloso paseo pero si usted cree en las supersticiones ponga mucho cuidado, dice la lengua popular que si piensa casarse es mejor que no vaya con su pareja porque el idilio se le puede acabar, claro que si no la lleva, quién se aguanta la cantaleta después. Entonces es mejor no prometer amores eternos y dedicarse a la hermosa contemplación de un hermoso lugar con una vista inmejorable sobre la ciudad.

Monserrate es sinónimo de Bogotá, es un amor indivisible que permanecerá por la eternidad y para finalizar, nada mejor que hacerlo con otra estrofa de Los cucaracheros: “Es mi amor tan grande, que parecen dos, que parecen cuatro, lo juro por Dios”

Visite el cerro de Monserrate y desde la altura diga: ¡Viva Bogotá!

Ubicación

Se llega por la Carrera 2da. Este No. 21 - 48, Paseo de Bolívar, Bogotá.

Teléfono

284 5700

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