Día de la Madre: Alimentación adecuada según la edad de la mamá

La clave es mantener un equilibrio de ese consumo diariamente, y en la distribución que se haga, siendo cinco comidas al día lo recomendado.

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La clave es mantener un equilibrio de ese consumo diariamente, y en la distribución que se haga, siendo cinco comidas al día lo recomendado.

El cuerpo necesita una nutrición equilibrada para funcionar de manera adecuada, pero debido al mundo moderno y las múltiples actividades que desempeñan hoy en día los padres, se ven afectados por dietas altas en grasa saturada, bajas en fibra y con un muy bajo aporte de vitaminas y minerales, esto, inevitablemente, llevará al cuerpo al deterioro de las funciones.

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Es importante tener en cuenta que hay tres grupos de macronutrientes, los cuales se encuentran en los alimentos que consumimos todos los días: proteínas (carnes, granos, lácteos y huevos), grasas (aceites de origen vegetal y frutos secos) y carbohidratos (cereales, raíces, tubérculos y plátanos), esenciales para mantener un correcto funcionamiento del organismo. Adicionalmente, se deben incluir vitaminas y minerales (frutas y verduras) que son micronutrientes, también fundamentales.

Las etapas de la vida determinan cómo llevar una adecuada alimentación, pues en cada una de éstas se desarrollan tejidos o se tienen funciones específicas, las cuales deben ser suplidas y apoyadas por el correcto número de nutrientes. ¿Cuál es la alimentación que deberían seguir las mamás según su edad? A continuación, la Nutricionista y Dietista, Clara Lucía Valderrama, Miembro del Consejo Consultor de Nutrición de Herbalife, nos da sus recomendaciones.

Mamá a los 20s: Generalmente, la jornada empieza desde temprano y termina tarde en sus 20s. Iniciar con un buen desayuno es clave: con una alta densidad de nutrientes, que incluya una buena fuente de proteína y pocas calorías, para iniciar el día con la energía que necesitan. 

Muchos jóvenes en esta etapa no dan a la alimentación la importancia que merece. Algunos no creen necesario mantener un orden en el consumo de los alimentos y, además, consideran que no les afecta tener una alimentación inadecuada: no se preparan para prevenir hacia el futuro.

La juventud, sin duda, es sinónimo de energía, de vida social agitada y de ese tránsito de la vida de estudiante al mundo laboral, en fin, de querer comernos el mundo. De ahí, la importancia de reponer toda esa energía que se gasta durante todo el día, al incluir más frutas y verduras, y no omitir ninguna comida; el orden y la cantidad del consumo de nutrientes es muy importante. Se recomienda controlar el consumo de bebidas alcohólicas, que en esta época es excesivo.

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Asimismo, es muy importante recomendar la actividad física de la mano de una buena nutrición para prevenir lesiones, mayor adaptación a los programas de ejercicios. Cada vez más los jóvenes están más interesados.

Mamá a los 30s: ¡La lonchera es su mejor aliada! Aprovechen el tiempo que tengan en la casa, y antes de salir prepárense un sándwich con pan integral, queso, jamón y vegetales. O, ¿qué tal un par de frutas picadas para comer en el trabajo?

Las recomendaciones en alimentación son similares a las de las mamás de los 20s, con la diferencia que en esta etapa hay mayor conciencia del autocuidado.

Las responsabilidades con los hijos generan una mayor conciencia del cuidado propio y del ejemplo que deben darles, y es el momento de empezar a cuidar los excesos de los alimentos y su distribución durante el día, para hacer el acompañamiento a los hijos. La opción de los suplementos se hace vital a partir de esta etapa para ayudar a cubrir las necesidades de nutrientes que no se alcanzan en la alimentación.

Para muchas personas, el consumo de calcio es algo que debe empezar a preocupar a partir de los 60 años, no obstante, el consumo de alimentos como las verduras verdes (especialmente el brócoli), las sardinas, los lácteos o suplementos de calcio desde una edad temprana, aseguran huesos más resistentes en los años posteriores.

Mamá a los 40: En esta etapa, la edad empieza a manifestarse en cambios fisiológicos visibles: canas, líneas de expresión, pérdida de fuerza, entre otros, lo que genera más conciencia de buenos hábitos como la alimentación y la actividad física. Es importante evitar excederse en las grasas y azúcares, así como se hace necesario consumir más fibra.

Es el momento en el que adaptan el plan de alimentación de acuerdo con el tipo de ejercicio, e incluyen más alimentos “sanos”, tratando de modificar los hábitos, porque se dan cuenta de que estos sí afectan el bienestar.

Mamá a los 50s: Aquí, es importante reducir el consumo de las calorías totales, pues se presenta una disminución de la actividad física. Las demás recomendaciones se dan de acuerdo con el estado de salud de la persona y su condición actual.

Es fundamental que las personas entiendan que, si hay desorden en la alimentación en las etapas iniciales de la vida, esto ocasionará mayores problemas de salud en las posteriores. Un envejecimiento saludable es el resultado de un cuidado responsable en las primeras etapas.

Cuando el cuerpo empieza a cambiar, la actividad física no es sustituible. Si ya se tiene la conciencia de los beneficios del ejercicio, hay que empezar a hacerlo, de manera gradual. Para hablar de bienestar hablamos de la importancia de dos componentes: alimentación, que es un 80% y actividad física, que es un 20%.

El secreto está en buscar actividades que se adapten al día a día, pues lo importante es mantenerse activos. Pero fundamentalmente, se debe relacionar el consumo de calorías con la actividad física y el gasto energético. ¿Qué significa esto? que si se realiza poca actividad física, el consumo de calorías debe ser proporcional, es decir, debe ser menor. Pero si hay un consumo elevado de estas y no se gastan con actividad física, se puede llegar al sobrepeso u obesidad.

En esta edad, es especialmente importante para las mamás el consumo de alimentos o suplementos que contengan proteína, ya que es un ingrediente clave para evitar la pérdida de masa muscular.

Ya para finalizar, y retomando algo que Valderrama mencionó al inicio: de una adecuada alimentación en las primeras etapas de la vida, depende una buena salud y bienestar más adelante.

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