Instructora de yogaterapia afirma que caminar sin zapatos es beneficioso para la salud

A la práctica de caminar sin zapatos se le conoce como earthing o grounding; de acuerdo con varios expertos, este hábito le permite al cuerpo equilibrar sus cargas energéticas y conectar nuevamente con la tierra y con la naturaleza, procesos claves para mantener la salud y la vitalidad.

Kiki Martínez, es una licenciada en kinesiología e instructora de hatha yoga y yogaterapia con especialización en movimiento eficiente que durante varios años ha empleado esta práctica como recurso para reeducar los músculos del pie y estimularlos a que realicen adecuadamente el trabajo para el que fueron diseñados.

“Los pies son nuestros cimientos, la base. Si esa base es inestable o está débil, toda la estructura se verá afectada. De hecho, muchos problemas de rodillas, caderas e incluso la columna están directamente relacionados al estado de nuestros pies”, afirma la experta.

De acuerdo con Martínez, La planta del pie es una de las partes del cuerpo que poseen una importante cantidad de receptores de nuestro sistema nervioso, por lo que a través de ellos podríamos mejorar diferentes aspectos como la postura y el equilibrio, lo que se logra Activando dichos receptores al permanecer descalzos por un periodo prolongado de tiempo.

“Otros receptores nos advierten de la temperatura del suelo o de la posición articular, para ayudarnos a modificar la postura, manteniendo el equilibrio y pudiendo continuar con nuestra marcha”, afirma la especialista kinesióloga.

Kiki afirma además, que con el pasar del tiempo y la evolución de las actividades del ser humano se han perdido algunas prácticas motoras esenciales como el correr o caminar por largos trayectos, el trepar árboles o el levantar objetos muy pesados.

Por esto, es necesario que en los primeros años de vid los niños experimenten algunas actividades primitivas, entre estas, caminar descalzos y explorar diferentes terrenos sin mucha protección para permitir la activación muscular y el armado de los arcos del pie.

“De niños, durante nuestro crecimiento y a través del juego, experimentamos algo parecido a eso. Estar descalzos desde pequeños es beneficioso. No me refiero a dejar todo el día al niño descalzo, sobre todo cuando hay bajas temperaturas, sino permitir por momentos que jueguen, gateen o cuando estén dando sus primeros pasos que lo hagan descalzos”, enfatiza la experta.

Por otra parte, Agustín Guarna, investigador en salud evolutiva e instructor en entrenamiento personalizado, señala que al usar todo el tiempo los zapatos los músculos se atrofian o pierden la funcionalidad para la que están diseñados genéticamente.

“La novedad dentro de una visión evolutiva es usar calzado. Por lo tanto, habría que pensar cuáles son los perjuicios de hacer algo de manera diferente a cómo fuimos diseñados genéticamente. Hay un montón de músculos en el pie que al estar encerrados en una caja, como es el zapato, no se usan, y cuando un músculo no se usa se atrofia o pierde funcionalidad.”, por lo que la solución sería intentar pasar un buen número de horas al día descalzos.