Sarcopenia: estos son los síntomas de la enfermedad que debilita los músculos

La sarcopenia es definida por la Revista Endocrino como “un síndrome frecuente en los ancianos, caracterizado por una pérdida gradual, marcada y generalizada de masa muscular esquelética, relacionada con el envejecimiento, que se evidencia en la disminución de fuerza y ??agilidad, la cual puede generar discapacidad física que a su vez”.

Esta enfermedad disminuye la calidad de vida de los adultos mayores impidiéndoles una adecuada movilidad. Quienes son diagnosticados con sarcopenia generalmente presentan: masa muscular disminuida y una función muscular deficiente determinada por la fuerza o rendimiento de la persona. 

Según expertos del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, este síndrome causa síntomas primarios como: debilidad, cansancio, falta de energía, problemas de equilibrio y dificultades para caminar y mantenerse de pie. 

“La pérdida de masa muscular o la debilidad en ocasiones provocan caídas, rotura de huesos y otras lesiones graves que afectan la capacidad de la persona para cuidar de sí misma”, indican los especialistas. 

Entre los factores que aumentan el riesgo de sufrir sarcopenia son: la edad avanzada, una vida sedentaria y con malos hábitos de movilidad y una nutrición inadecuada. “Las personas con cáncer también pueden presentan sarcopenia”, añaden.

De acuerdo con la web Inforeuma, las causas de la sarcopenia son aún desconocidas. Se cree que la enfermedad tiene un origen complejo y multifactorial en el que interfieren la cantidad de actividad física que se realiza a diario, la nutrición y la predisposición genética.

“Otras causas que pueden contribuir al desarrollo de la sarcopenia son patologías endocrinas como la resistencia a insulina, enfermedades crónicas, sobre todo si están asociadas a procesos inflamatorios, cáncer, y alteraciones en el estado nutricional”, puntualizan los profesionales de la salud. 

Teniendo en cuenta esto, la sarcopenia se trata principalmente a través de la actividad física regular y una alimentación equilibrada y saludable, que incluya suficientes calorías y proteínas. En ciertas situaciones, puede ser necesario añadir suplementos proteicos a la dieta.